Marzo 12

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

1 CORINTIOS 10:31-33 INCLUYENDO A DIOS EN NUESTROS CONFLICTOS

“Si usted incluye a Dios en sus conflictos sincera y realmente evitará ser el creador de los problemas generalmente y tenderá a ser parte de la solución de los conflictos regularmente.”

En la práctica muchos cristianos no tienen temor a Dios. Ellos dicen creer en un Dios omnisciente, omnipotente, y omnipresente pero cuando enfrentan conflictos no les importa que Él conozca todo lo que ocurre, tenga el poder para disciplinar a los rebeldes, y que está presente y es testigo de todos sus aciertos, errores y pecados en la confrontación del conflicto en que en ese momento se encuentran. Ellos realmente no creen en el Dios revelado en la Biblia y creen en el Dios que se imaginan que no hará nada, que no actuará, ni los disciplinara pese a sus palabras, actitudes y acciones pecaminosas, sea por accion o reacción.

La Biblia no es una mera colección de rituales religiosos, sino que además de enseñarnos a conocer a Dios personalmente, nos da instrucción práctica y detallada de como manejar nuestras relaciones interpersonales. Peca quien genera conflictos como aquel que genera mas conflictos por su inadecuada reacción frente a ellos. Podemos pecar por acción o reacción. No solo una acción puede ser considerada pecaminosa sino también la reacción que tenemos ante lo que realmente es una acción pecaminosa en nuestra contra.

Para el cristiano en todos los conflictos existe un triángulo. Dios, otro (s) y nosotros. Cuando un cristiano encuentra conflictos en su relación con otra persona tiene el deber de preocuparse de que sus palabras, acciones y actitudes, glorifiquen a Dios, edifiquen a otros y nos ayuden a crecer a nosotros. No importa cual sea la razón para el conflicto. Puede haber sido el olvido de una persona de hacer algo, el rechazo de cumplir sus obligaciones, un pecado, un error, una diferente forma de ver un asunto, la oposición a mis ideas no importa la razón, si realmente deseamos actuar conforme a la Palabra de Dios, debemos glorificar a Dios, edificar a otros y ayudarnos nosotros.

Muchos de nuestros errores al manejar los conflictos entre aquellos que somos parte de la misma familia pueden ser evitados si aprendemos a ver a los conflictos como Dios los ve. La única forma realmente incluir a Dios en nuestros conflictos es conocer las Escrituras, y aplicarlas diligentemente y así actuar bíblicamente. Mientras mas entendemos y practicamos sus enseñanzas, mas efectivos seremos para resolver nuestros desacuerdos y mientras mas las obedecemos mas sabios para enfrentar los conflictos seremos. La Biblia no enseña que los conflictos son malos, mas bien nos aseguran que algunas diferencias son naturales, necesarias y beneficiosas y que debemos vivir con amor, respeto y excelencia a pesar de nuestras grandes diferencias.

Compromiso:

Señor, quiero hacer un serio compromiso de que cuando enfrente conflictos porque yo los he creado u otros me han afectado, incluiré tus verdades, tus mandamientos en mis palabras, actitudes y acciones. Quiero incluirte en todos mis conflictos.

LECTURA BÍBLICA: 1 Corintios 10:31-33

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