Septiembre 7

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

MATEO 16:17-18   ¿MURIÓ DIOS? Y ¿MURIÓ LA IGLESIA?

“Aunque el mundo quiera comunicar que la iglesia es anticuada e irrelevante y que la idea de Dios ha muerto porque fue creada por el hombre y la iglesia debe morir, Dios seguirá cumpliendo sistemáticamente su plan de amor y salvación y la iglesia su importante función.”

Los ateos, los humanistas hacen todo esfuerzo por implantar mundialmente su sistema de pensamiento y luchan por ridiculizar la idea de Dios y la función de la iglesia. En el pasado han anunciado la muerte de Dios y la muerte de la ética bíblica, pero a sus deseos de enterrarla, aunque sea viva, no pueden cumplir con su propósito pues Dios nunca muere y las puertas del infierno no destruirán a la iglesia del Señor.

¿Murió Dios?

El viernes santo, el día 8 de abril del año 1966, con un color rojo y negro y dando una imagen lúgubre, en su portada la revista Time publicó el siguiente título: ¿Dios está muerto? Este presentaba la conclusión de varios teólogos. Concluyeron que ellos habían dejado de creer en el Dios de la Biblia porque el Dios de nuestros padres no había tenido la fortaleza de sobrevivir a la aparición de nuevas ideas tales como la evolución y el control de la natalidad.  También concluyeron que, si los cristianos no eran efectivos en la sociedad o habían cambiado sus postulados, el Dios de los cristianos daba muestras que había muerto.

Pero, aunque son más lo que no creen en el Dios de la Biblia, Dios nunca muere y tampoco la moralidad que nos ha dejado para vivir la vida maravillosa que Él planificó.

¿Murió la iglesia?

Cuando un cristiano no vive su fe bíblica en todas las áreas de la vida y en todos los espacios de la sociedad, deja de ser sal y luz y deja de influenciar y la iglesia no muere, pero pierde su influencia. Nosotros debemos mantener nuestra identidad y no permitir que nada dañe la doctrina de la iglesia. Debemos seguir viviendo la verdad y por lo menos influenciar al círculo de familiares y conocidos. Aunque el mundo sea cada vez mas hostil, la promesa divina es que nada destruirá su iglesia y la orden es que a pesar del desprecio y la maldad sigamos viviendo la verdad.

La iglesia nunca morirá, pero los cristianos que no viven su fe y no aplican la ética bíblica en todas sus relaciones, profesiones, decisiones y actuaciones hacen que la iglesia que debe ser triunfante se convierta en irrelevante.

Compromiso:

Señor, me comprometo a vivir mi fe y demostrarla en la elección de las doctrinas y ética que serán parte de mi sistema de vida.  Mostraré con mis palabras, actitudes y acciones que ni mi Dios ni mi iglesia están muertos.

LECTURAS BÍBLICAS: Mateo 16:17-18, Hebreos 1:10-12

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