Agosto 3
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
1 TIMOTEO 1:18-20 NUESTRO DEBER: VIVIR LA FE QUE TENEMOS
“Cuando la iglesia está extasiada con su espiritualismo y misticismo en vez de enfocada en la enseñanza de la fe bíblica y la práctica de la verdad, abandona su obligación, y no permite que los cristianos vivan la fe que dicen tener.”
Todo parece indicar que mientras se expandía astutamente el humanismo, un sector de la iglesia dormía y los líderes se enfocaron en la adoración, la prosperidad y la obtención de milagros en vez de la formación ética de sus niños, jóvenes y adultos. El resultado fue que existan jóvenes y adultos confundidos, y sin claridad bíblica sobre asuntos éticos y nadie puede vivir bien las doctrinas y ética bíblica que no conoce o conoce mal.
Muchos cristianos no conocen la moralidad integral que deben practicar o si la conocen, no siempre les interesa su práctica. La tendencia a desarrollar una vida mística no ha permitido a muchos cristianos vivir vidas maduras.
Nuestro deber como cristianos es prepararnos con dedicación, profundidad y sistemáticamente para no solo conocer las mentiras que nos rodean sino para realmente vivir la verdad que Dios exige.
Pablo ordena: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo… que… milites… la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia.” Esta orden también es para nosotros:
-La primera arma poderosa del soldado cristiano es mantener la fe.
La fe debe ser definida como el cuerpo de la verdad. Esta no es una fe ciega e ingenua. Es la fe de quien comprende las doctrinas y ética que nos dejó Dios en la Biblia. Esta fe exige que creamos que Dios existe como es descrito en la Biblia, que creamos que Cristo es el único Señor y la única y máxima autoridad que no acepta que tengamos ninguna otra filosofía de pensamiento. Esa fe exige que realmente la biblia, sus doctrinas y moral sean nuestra única regla de fe y conducta.
-La segunda arma poderosa de un soldado cristiano es mantener una buena conciencia.
Esta la podemos describir como la paz de tener una conciencia tranquila que no nos acusa que somos hipócritas, que nos confirma que peleamos por una verdad que verdaderamente vivimos. La buena conciencia es la paz que resulta de tener la fe bíblica y practicarla.
“NO sólo tenemos la obligación de conocer sabiamente la verdad, también debemos vivirla, y además, recibimos la orden divina de defenderla con fortaleza, exhortando a quienes dentro de la iglesia quieren tergiversarla y fuera de ella quieren denigrarla.”
LECTURAS BÍBLICAS: 1 Timoteo 1:18-20, 1 Pedro 2:12
Jimena