Junio 18
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Quincuagésima semana: jóvenes cristianos fieles en un mundo hostil.
MATEO 5:16 CONVERSE CON RESPETO PESE A LA HOSTILIDAD
“Relaciónese con respeto pese a la hostilidad, de a conocer sus posiciones con claridad, no entre en largas discusiones, evítelas si los demás se acaloran y no trate de imponer su estilo de vida cristiano que a los demás no les interesa o por lo menos lo ignoran.”
El cristiano debe comportarse como cristiano en toda conversación, discusión o confrontación. Recuerde que cuando las personas tienen la costumbre de discutir sin entender razones, no debe perder su tiempo iniciando o continuando discusiones. Evite a quienes son conocidos por sus polémicas y que tienen una actitud agresiva o despreciativa de nuestra fe y aun de nuestras personas. Su mensaje de evangelización para ellos no son sus palabras bien cimentadas y adornadas sino una vida cristiana de respeto y firmeza bien vivida.
Nuestro deber es saber establecer límites sanos y saber cuándo hablar y cuándo callar. El estudiante tiene el deber de ir a estudiar y no a discutir, sea que esté o no de acuerdo con el estilo de vida y las posiciones morales o políticas de los demás. Los que tienen conflictos en sus lugares de empleo tienen el poder en sus manos para tomar las mejores decisiones; puede decidir permanecer en un empleo en el que existen formas, sueldos, comportamientos con los que nos está de acuerdo y tiene el poder de retirarse y buscar otro empleo. Nadie le obliga. Nuestro deber es tener un compromiso con Dios, pero no para pelear con la gente, sino para vivir nuestra fe. Pero a la vez nuestro deber es reflexionar sobre nuestros valores y aplicarlos, y no permitir maltratos que nosotros no practicamos.
El cristiano debe saber cómo y hasta dónde se compromete en la sociedad mediante un claro fundamento bíblico. Los líderes de la Iglesia enseñan los principios establecidos en la Biblia sobre todas las áreas de la vida y luego el ciudadano cristiano debe aplicarlos, hacerlos conocer cuando le preguntan sobre su fe sin invadir la privacidad. Nosotros con nuestros valores cristianos que vivimos en todo lugar, no obligamos a las autoridades, a los dueños de las empresas donde trabajamos, ni a los profesores de la universidad a hacer lo que deseamos. En esos lugares vivimos nuestra moralidad, nos relacionamos con respeto, pero no podemos decir lo que ellos deben hacer.
Nuestro deber es no conformarnos a este mundo, sino a transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento para discernir así la voluntad de Dios, agradable y perfecta. Nuestro deber no es obligar a que otros vivan nuestros valores, no es tratar de convencerlos para que los adopten, ni vivir molestos porque los no cristianos se comportan como no cristianos.
Nuestro deber no es convencer a otros, es vivir nuestra fe nosotros. Por nuestro entendimiento renovado no nos acomodamos al mundo, sino a la verdad divina. Debemos tener convicciones firmes y mantenerlas a cualquier precio, pero sin utilizar las herramientas de ataques personales, descalificación, insultos y violencia.
Compromiso:
Señor, me comprometo a vivir mi fe en todo lugar, respetar a todos, confrontar cuando es esencial, exigir el respeto siempre y no tratar de convencer cuan maravilloso es el evangelio, sino vivir y disfrutar el maravilloso evangelio.
LECTURAS BÍBLICAS: Mateo 5:16, Filipenses 2:12-16
Antonio Alvarez