Junio 10
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Cuadragésima novena semana: la alegría de vivir una fe sencilla.
MATEO 5:11-12 ¿VIVE USTED UNA VIDA DE FE SENCILLA?
“La vida religiosa es complicada y entrega una confianza falsa a quienes creen que por su religiosidad viven en santidad. La vida sencilla de la fe la vive quien entiende que su salvación depende totalmente de Dios y que sus obras no le entregan la salvación, pero mediante ellas, muestra su salvación con alegría y dedicación.”
Después de condenar la actitud errónea de los religiosos y exaltar la vida del Reino, Jesús concluyó su llamado a vivir una fe sencilla con una invitación al arrepentimiento. Era obvio que Él no quería que la gente simplemente oyera sus palabras, sino que las pusiera en práctica.
Yo cumplo mi función de orientarle porque estoy seguro de que Dios no quiere nada menos de nosotros. Quiero guiarle para que cumpla estas exhortaciones que aparecen en el sermón del Monte y que provienen de los labios del Maestro para motivarle al cambio, pero antes debemos evaluar nuestra vida contestando estas preguntas:
¿Está usted completamente libre de hipocresía? Sin duda la respuesta es “NO”. ¿Usa a veces una máscara de piedad cuando está en pecado? ¿En medio del dolor a veces se hace el fuerte para impresionar a los demás a pesar de que se siente débil y necesita ayuda? ¿Se pone una máscara de héroe para defender a otros mientras esconde el villano que a veces está agazapado dentro de su corazón? ¿Realiza buenas acciones, pero con malas motivaciones? ¿Hace favores, ayuda a otros para luego obtener favores? ¿Habla bien de los demás, pero teniendo motivos equivocados o con la intención de manipular? ¿Tiende a juzgar las motivaciones de otros y no solamente las acciones?
Es que no es pecado juzgar las acciones de los demás porque si alguien le maltrató o mintió, usted debe juzgar esas acciones como malas y confrontarlas cuando es esencial, pero no tenemos ningún derecho de juzgar lo que no conocemos. Acciones conocemos, pero motivaciones no conocemos. Podemos juzgar que no nos saludaron, pero no tenemos derecho de juzgar que lo hicieron porque nos odian o porque la persona es orgullosa.
¿Tiende a tolerar las vigas en sus ojos y a criticar la paja en los ojos de los demás? Las palabras de Jesús en el Sermón del Monte no fueron dichas para acariciar nuestros corazones con una retórica florida. Cristo quería que sus seguidores sean auténticos y mediante pocos párrafos bien escogidos y declaraciones breves, sencillas y sinceras quería que evitemos una vida religiosa llena de legalismos y restricciones. Similares en cierta forma con unos pocos párrafos bien pensados, prolijamente pulidos, pronunciados siglos más tarde en una cierta ceremonia de dedicación.
En el Sermón del Monte, encontramos mucha sabiduría pues son enseñanzas de Jesús en las que comparte sus Bienaventuranzas para mostrar cómo podemos vivir felices practicando la fe sencilla, libre de hipocresías, nos entrega el Padre nuestro para que aprendamos a tener comunicación con Él, y además, la conocida Regla de Oro que nos ordena que imitemos su ejemplo y nos amemos los unos a los otros.
Compromiso:
Señor, me comprometo a realizar todo esfuerzo para aprender a abandonar toda actitud legalista y vivir con paz y alegría mi fe en forma sencilla.
LECTURA BÍBLICA: Mateo 5:11-12
Antonio Alvarez