Junio 7

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Cuadragésima octava semana: la alegría de vivir una fe sencilla.

ISAÍAS 29:13  ¿VIVE USTED UNA FE SINCERA?

“Nuestro deber es practicar nuestra fe en forma genuina. Dios condena todo acto de hipocresía porque a Él le agrada la práctica de la verdad y la absoluta sinceridad.”

Como el fantasma que es parte de la obra "El Fantasma de la Opera", la hipocresía esconde su cara desfigurada debajo de una máscara, procurando ocultar su verdadera fealdad; pero no es fácil evitarla porque a pesar de lo horrenda que es, la hipocresía es adictiva. Nuestro deber como hijos de Dios es evitar la careta de la hipocresía porque mientras más la usamos, más nos acostumbramos y poco a poco se puede ir haciendo parte de nuestra apariencia.

El término hipócrita se utilizaba en los escenarios de los teatros griegos antiguos.  A menudo un actor tenía que desempeñar varios papeles en una obra y lo hacía usando diferentes máscaras.  El artista en cierto momento ponía en su cara una máscara cómica y decía algunos renglones de comedia que a su público hacían reír.  Luego salía del escenario y regresaba con una máscara de tristeza y aflicción, y recitaba algunas líneas de tragedia que partían el corazón.

Al actor se le llamaba hipocrités, que transliterado al español moderno nos entrega la palabra hipócrita.  Con el paso del tiempo la etimología de la palabra evolucionó hasta llegar a ser sinónimo de tres cosas.  En primer lugar, se la usaba para describir a alguien que participaba en un papel artificial, que vivía una vida irreal detrás de una máscara.  En segundo lugar, llegó a utilizarse para describir a alguien que no era sincero pues escondía astutamente sus verdaderos motivos pretendiendo ser lo que no era.  Y en tercer lugar, la palabra llegó a describir a un individuo que escondía un corazón monstruoso tras una máscara que mostraba a un santurrón.

Ningún pecado es denunciado más fuertemente en todas las Escrituras Sagradas que la hipocresía y cuando estudiamos la vida de Jesús nos damos cuenta de que Él reservó sus reprimendas más rigurosas para la hipocresía. A pesar de ellos, ningún pecado se practica más universalmente.

La vidas hipócritas aparecen en los campos de la política, en la vida empresarial y aun en la religión. La hipocresía florece en un ambiente en donde el empaque es más importante que el producto y en donde la imagen de bondad, que no existe, es más importante que la verdad.

La Biblia considera la hipocresía un pecado. Dios no permite que finjamos creer en Él y su Palabra, que en vez de ser fieles en la aplicación de la verdad vivamos vidas contrarias a la fe que decimos tener.  Dios no quiere que miremos a los demás con desprecio por los pecados y actitudes erróneas que tienen, cuando nosotros vivimos practicando la misma vida pecaminosa que condenamos.

Compromiso:

Señor, me comprometo a hacer todo esfuerzo por ser sincero y a vivir una vida que demuestre que tengo una fe genuina que verdaderamente practico.

LECTURAS BÍBLICAS: Isaías 29:13, Mateo 7:3-5

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *