Junio 4
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Cuadragésima octava semana: La maternidad, elección divina para el nacimiento humano.
PROVERBIOS 22:6 MADRES SENSIBLES PERO SUJETAS AL ORDEN DIVINO
“Dios es el creador y diseñador de la maternidad por lo tanto la madre cristiana debe ser sensible pero no debe seguir ningún modelo ni sus ideas, mas bien debe prepararse para saber cómo cumplir con el deber que Dios le ha asignado conforme a la voluntad divina.”
Dios nunca se equivoca en sus elecciones y fue Él quien sabiamente eligió a la mujer para que ella sea la encargada de no sólo traer hijos al mundo sino criarlos con amor y ternura como sólo una mujer lo puede hacer.
Es extraordinario el bien que puede hacer una madre sensible que aprende cuál es el rol que Dios le entrega y lo cumple bíblicamente. Es terrible la destrucción que puede causar una madre que elige el pecado, la maldad y las dependencias, y aun la madre que tiene buena intención, pero una muy mala preparación. La mayoría de las mujeres nacen con la capacidad de dar a luz hijos, pero ninguna sabe automáticamente cómo ser una madre al estilo divino.
Las mujeres pueden fallar, pero la maternidad al estilo divino nunca falla. Fallan quienes no siguen los principios divinos y deciden ser madres siguiendo filosofías de pensamiento anti-Dios y antiética bíblica.
Las madres sensibles podrán identificarse con lo que escribí sobre la realidad que muchas viven:
“Acepto que no siempre veo a mis hijos como Dios quiere que realmente los vea. Veo cualquier cosa en ellos y no necesariamente a ellos. A veces veo solo su boca sucia con horribles restos de comida. A veces solo veo su nariz sucia y su cuerpo mal oliente justo cuando necesitaba un descanso urgentemente. A veces de noche veo sus ojos abiertos y brillantes cuando quisiera que durmiera para yo descansar solo un instante. He comprendido que Dios ha exigido de mí lo mejor y me ha querido dar una lección cuando recién le he bañado y vestido hermosamente para salir juntos a un compromiso familiar y tan solo en unos pocos segundos se ha vuelto a ensuciar. Me he dado cuenta de que cuando he orado a Dios para que me de paciencia Él ha utilizado alguna travesura de mis hijos para que aprenda a desarrollarla. En esos momentos no he dado cuenta que la paciencia que a mi Dios le pedí ferviente, me la estaba dando mientras atendía a mis hijos pacientemente. A veces no me he dado cuenta de que la limpieza que debo exigir no es lo mismo que el cariño que con ellos debo compartir y en ciertos momentos en vez de disciplinar con sabiduría y maduramente, los he gritado, maltratado y sermoneado injustamente.
Mis hijos han crecido y a veces sigo creyendo que son niños y quiero seguir logrando que se abriguen cuando yo tengo frio y los sigo regañando no por fallas por ellos cometidas sino por lo irritable que estoy por las tensiones, el cansancio y la presión que yo he elegido. Poco a poco he ido entendiendo que Dios no solo me dio hijos para que yo los enseñe a ser mejores personas sino también para enseñarme a ser la madre y mujer que Dios quiere que sea. Mi más grande deseo es prepararme y que Dios me ayude para no ser la madre que yo quiero ni la madre que mis hijos anhelan sino ser una buena representante humana de una maternidad que no se ajusta a ideas humanas sino a las ideas divinas.”
Compromiso:
Señor, me comprometo a conocer bíblicamente sobre el papel que juego en la vida y las responsabilidades que debo cumplir.
LECTURA BÍBLICA: Proverbios 22:6