Marzo 31
Transformación: Principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Trigésima octava semana: De la discordia a la concordia, cómo aplicar la gracia para enfrentar los conflictos naturales de las relaciones interpersonales.
SALMO 30:5, 42:5 RESTAURACIÓN PERSONAL CUANDO LA RECONCILIACIÓN ES IMPOSIBLE
“La reconciliación y restauración son imposibles cuando una o ambas personas involucradas en conflictos no se arrepienten y no se perdonan. Cuando no existe arrepentimiento ni perdón, es imposible la reconciliación y la restauración.”
El ideal divino es la restauración de las relaciones rotas. La Biblia nos ordena que en cuanto sea posible tengamos paz con todos, pero cuando no es posible, debemos dar todos los pasos bíblicos para tener paz con Dios y paz en nosotros.
Estos son los pasos que debe dar para tener esa paz que sobrepasa a todo entendimiento:
Asegúrese que ha procedido bíblicamente en todo el proceso.
Usted no puede lograr el arrepentimiento de otro, solo debe dar todos los pasos que Dios le exige a usted, arrepentirse usted, y estar bien y en paz con Dios usted. Asegúrese ha dado todos los pasos.
Acepte el dolor necesario y sufra apropiadamente la pérdida.
Toda relación rota nos introduce en una temporada de duelo y no debemos resistirnos al dolor, solo saber manejarlo.
Perdónese a sí mismo tratando con su culpa.
Si la culpa es del Espíritu Santo terminará cuando se arrepienta. Si la mantiene, usted debe perdonarse porque Dios lo perdonó y no permitir que satanás siga acusándole. Ignórelo, es el padre de las mentiras.
Perdone a los demás, aunque no le pidan perdón.
No necesita pedir perdón cara a cara a las personas que no desean sanar la relación, pero declárelo a Dios y así le entrega a Dios la venganza y él sabe dar el pago. Usted termine toda relación en paz por su sincera humillación.
Acepte que durante su temporada de duelo tendrá días fáciles y difíciles.
Así es la vida. Aun cuando no tenemos conflictos pasamos por cambios de estados de ánimo y con mayor razón cuando hemos perdido una relación que no queríamos o la perdimos con razón, pero perdimos la ilusión y meta que teníamos de mantener una relación sana.
Recorra muchos kilómetros de gracia, aunque no haya reconciliación.
Después de que uno ha intentado sinceramente sanar una relación, después de haber pasado por todos los pasos del amor. Después de haber extendido la gracia para dar lo que la persona no merecía, de extender la misericordia para no dar lo que la persona merecía, llegamos al final de ese doloroso camino al momento de aplicar justicia, es decir, dar a la persona lo que bíblicamente merece. Y lo que bíblicamente merece quien no quiere cambiar, amar y mantener una relación de respeto, es la separación final de quien en vez de elegir la reconciliación con sus actitudes, palabras y comportamientos escogió la rebelión.
Compromiso:
Señor, me comprometo a siempre y en lo que a mi corresponda, dar todos los pasos que me dirijan a la reconciliación, pero apartarme sabiamente de quienes eligen la falta de sumisión y aceptar tu restauración.
LECTURAS BÍBLICAS: Salmo 30:5, 42:5; Isaías 26:3, Romanos 12:18