Marzo 4

Transformación: Principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Trigésima quinta semana: Resoluciones bíblicas de discípulos obedientes.

SALMO 32:1-5 SEÑOR: RESUELVO DESPOJARME DE TODO PECADO PARA CORRER LA CARRERA

“Solo corremos la carrera como Dios la diseñó y por ello tener éxito y dejar un legado, cuando somos honestos y obedientes, y admitimos y abandonamos todo pecado.”

Nuestro deber es vivir una vida transparente. Recuerde que Dios conoce todo lo que hemos hecho y estamos haciendo. Él conoce aun lo que pensamos y las intenciones de nuestro corazón. Cómo podemos tener la osadía de querer vivir la vida cristiana exitosa mientras practicamos pecados sencillos o vergonzosos.

La siguiente orden es: “quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar.”

Esta es otra importante acción que desean correr con éxito la carrera cristiana:

Quienes desean vivir la vida de éxito y legado que Dios planificó que vivamos debemos tener la disciplina de abandonar todo pecado.

Tal vez esta es una de las más difíciles tareas de quienes quieren correr la carrera conforme a las reglas divinas. Hay pecados que nos gustan y no queremos abandonar. Los hemos practicado por tantos años que nos sentimos cómodos y prácticamente ya no nos molestan. Pero no se puede vivir la vida de éxito que Dios quiere sin abandonarlos. Correr pecando es perder la carrera. Quienes corren, de vez en cuando pecan y se arrepienten son verdaderos cristianos humanos que luchan por vivir la vida cristiana. Quienes viven constantemente en pecados que no quieren abandonar, tal vez nunca han conocido al Salvador o les encanta la rebelión y no solo viven las consecuencias de su desobediencia sino que, además, viven constantemente disciplinados.

Todos tenemos áreas de vulnerabilidad que satanás intenta regularmente utilizar cuando nos quiere tentar. El pecado no solo nos afecta el espíritu, sino también las emociones y aun nuestro cuerpo. El salmista dice: “Mientras callé envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día, mi verdor se convirtió en sequedades de verano…”

Es esencial confesar los pecados y abandonarlos regularmente para correr la carrera en santidad porque el que encubre su pecado no prosperará, mas el que lo confiesa y abandona, alcanzará misericordia.

Nuestro deber es realizar una sabia evaluación y reconocer nuestros pecados si queremos vivir la vida de éxito y legado. Entiendo que hay pecados que no tenemos porque revelar a otros seres queridos pues son intimidades que debemos mantener y que sí debemos arreglar con Dios.  No necesita revelar pecados que cometió en el pasado y que nadie sino Dios y usted saben. No necesita traer basura a su relación familiar o de noviazgo, es mejor que lidie con esos pecados con la ayuda de Dios, del Espíritu Santo y comprenda que si confiesa sus pecados usted es perdonado. Si usted no puede perdonarse entonces será sabio buscar un consejero bíblico y profesional que le ayude a lidiar con la culpa y sentirse libre por haber confesado y haber abandonado el pecado.

Compromiso:

Señor, resuelvo hacer todo esfuerzo por evitar vivir en pecado, identificar los que estoy cometiendo y abandonarlos obedientemente para correr mi carrera santamente.

LECTURAS BÍBLICAS: Salmo 32:1-5, Hebreos 12:1-2

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