Diciembre 22
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Vigésima cuarta semana: navidad a la cristiana, una receta tomada de la Biblia.
LUCAS 6:46-49 RESPONSABILIDADES QUE ASUMIR PARA ENFRENTAR EL NUEVO AÑO
“Nosotros nos deleitamos en el estudio del nacimiento, vida, obra, muerte, resurrección y ascensión de nuestro Salvador, pero el Señor realmente no se deleita solo cuando le adoramos, sino cuando la aceptamos como nuestro Salvador y vivimos obedientes a sus principios pues es nuestro Rey y Señor.”
Existen algunas cosas que son fundamentales que deben aprender y practicar todos los que realmente quieren que Jesucristo sea el Señor de su vida y del nuevo año que nos permite vivir:
Primero: Debemos ser serios cuando determínanos que Jesucristo será el Señor del nuevo año porque lo hacemos en la presencia de quien conoce todas las cosas.
Muchos cristianos están acostumbrados a hacer compromisos con Dios y promesas que no cumplen y creen que eso no tiene importancia para Dios, pero no es verdad. Dios espera que cumplamos y bendice a los obedientes y maldice a los desobedientes. Si hacemos promesas basados en lo que Dios demanda, debemos cumplirlas porque Dios bendice a los obedientes.
Segundo: Debemos decidir que viviremos con humildad, que abandonaremos el orgullo y someteremos a Él nuestra voluntad.
Dios no acepta el orgullo, no acepta que nosotros sigamos nuestras emociones o deseos en forma cínica u orgullosa. Él quiere que estudiemos y conozcamos su voluntad y que tomemos la determinación de cumplirla. Creer que podemos ignorar los planes divinos y actuar basados en nuestro orgullo, nos pone en la categoría de hijos desobedientes.
Tercero: Cuando le declaramos Señor de nuestro nuevo año le entregamos todo lo que poseemos y todo lo que esperamos ser.
Si Él es el Señor, Él es el dueño de todo y nosotros solo administradores de todos los dones y recursos que nos da. Que lo declaremos Señor significa que en todas las áreas de nuestra vida será el Señor y viviremos bíblicamente aunque no nos agrade.
Cuarto: Cuando determinamos que Él será nuestro Señor nos sometemos totalmente a su autoridad.
Permitimos que Él mande en nuestra vida, que Él y solo Él tenga autoridad en todo lo que hacemos y por consiguiente queremos vivir bajo su dirección y bajo su control.
Dios no quiere que le llamemos Señor y que luego actuemos como si nosotros lo fuéramos.
Compromiso:
Señor, me comprometo a tomar en serio mi promesa de que Tú serás el Señor de mi vida y de mi nuevo año y que haré todo lo posible por vivir para tu gloria en toda área de mi vida.
LECTURA BÍBLICA: Lucas 6:46-49