Octubre 12
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Décimo cuarta semana: realidades difíciles que deben ser confrontadas.
1 SAMUEL 3:11-13 ERRORES QUE DEBEMOS EVITAR EN LA DISCIPLINA DE LOS HIJOS
“Como padres no sólo tenemos la responsabilidad de establecer un sistema de disciplina bíblico, práctico, y respetable. También estamos obligados a prepararnos sabiamente para evitar muchos errores que como ser humanos falibles cometeremos regularmente.”
Ninguna persona nace sabiendo cómo ser padre o madre, pues es algo que se aprende en el transcurso de la vida y no aprendemos nunca, si nunca nos preparamos. Y es en ese proceso en el que muchos cometen errores, sobre todo cuando se trata de lidiar con el mal comportamiento de los hijos. Es imposible que no cometamos errores mientras establecemos, practicamos y exigimos nuestro sistema de disciplina. Sin embargo, también debemos prepararnos para evitar todos los que podamos, evaluar regularmente el sistema que hemos establecido y las acciones y actitudes que elegimos, y realizar todas las correcciones que son esenciales para que nuestro sistema disciplinario funcione basado en los principios divinos y no cometamos graves errores. Demos una mirada a algunos de los errores más comunes que cometemos a pesar de nuestras buenas intenciones:
-Que los padres disciplinen en forma separada, con distintos sistemas y actitudes y sin hacer todo esfuerzo por establecer y mantener la unidad.
-Elegir acciones y actitudes para sobornar, es decir, ofrecerles algo a cambio de que obedezcan o ser sobornados por ellos, es decir, no cumplir las disciplinas porque lloran y se comportan como si ellos fueran las víctimas.
-Establecer reglas, pasar por alto el rompimiento de ellas por no ser fuertes y no usar su autoridad o exigirlas con autoritarismo y enojados, y no ser ejemplos al cumplir las mismas reglas que han implementado.
-Perder los estribos y actuar erróneamente en vez de ser firmes y exigentes y actuar controladamente.
-Tener la buena intención de proteger a los niños, pero yéndose al extremo de sobreprotegerlos criándolos como indefensos e incapaces de cumplir tareas u obedecer reglas.
-Amenazar a los niños, intentar asustarlos para que obedezcan las reglas y no ser consistentes.
-No establecer límites, no respetarlos y no exigirlos sabiamente.
-Ser demasiado negativos en sus órdenes y en sus respuestas a las peticiones de los hijos y tener expectativas exageradas de ellos.
Compromiso:
Señor, determino que evaluaré la forma como disciplinamos a mis hijos y al descubrir las fallas que tenemos, haré todo esfuerzo por conocer bien el sistema bíblico de disciplina, establecerlo con inteligencia, exigirlo con sabiduría y vigilar constantemente para que lo cumplamos con excelencia. “
LECTURAS BÍBLICAS: 1 Samuel 3:11-13; Efesios 6:4