Octubre 8

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Décimo cuarta semana: realidades difíciles que deben ser confrontadas.

DEUTERONOMIO 6:4-7   LOS PADRES: EDUCADORES Y ENTRENADORES ASIGNADOS PARA EL ADIESTRAMIENTO DE SUS HIJOS

“Cualquier pareja puede traer hijos al mundo. Para la mayoría de los matrimonios ésta es una opción sencilla y gratificante, pero ser educadores y entrenadores de nuestros hijos es una tarea difícil y demandante.”

La paternidad no es traer hijos sanos al mundo sino en convertirse en modelos de los principios divinos que enseñan y preparar todo el ambiente para que los hijos sean entrenados para que ellos elijan convertirse en hijos saludables. Por supuesto, ésta no es de ninguna manera una tarea sencilla. La crianza de los hijos al estilo divino demanda que demos lo mejor de nosotros. Educar, sostener, alimentar, guiar, animar, corregir, acariciar, exhortar, acompañar, ayudar en sus tareas, conversar, jugar, pasar tiempo con los hijos y además de ello ser un buen marido, un trabajador responsable y preocuparse de su desarrollo personal integral es una descripción sencilla de una tarea inmensamente complicada.

Existen tres requisitos esenciales para poder cumplir la labor de entrenar y educar a nuestros hijos como Dios exige y son:

Primero: Conocer y amar a Dios por sobre todas las cosas.

Debido a que nuestra obligación es amar a los hijos como Dios ama, nuestra autoridad, disciplina, labor educativa, nuestra responsabilidad de provisión debe estar saturada del amor a Dios y no podemos realizarla sin conocer al Dios que nos entrega estas responsabilidades y las responsabilidades que incluye la labor que Dios nos entrega.

Segundo: Debemos conocer y amar a nuestro cónyuge, la madre o el padre de los hijos por sobre toda otra relación.

Juntos somos los administradores de la vida de los hijos que Dios nos encargó y debemos hacerlo en unidad.

Tercero: Debemos conocer a nuestros hijos.

Dios nos creó con características peculiares e inclinaciones muy individuales. Los padres debemos conocer a nuestros hijos para ayudarles a ser lo que Dios para ellos ha diseñado y no lo que nosotros hemos planificado. Todos los seres humanos nacemos con virtudes y defectos, nacemos con un carácter distinto. Dios puso en nosotros buenas inclinaciones y gustos distintos y los padres recibimos la orden de criar a nuestros hijos en la disciplina y amonestación del Señor, no como nosotros nos imaginamos mejor.

Compromiso:

Señor, me comprometo hacer todo esfuerzo para recibir instrucción de líderes preparados para conocer más lo que Tú ordenas y rechazas en la crianza de los hijos. Llegar a acuerdos sabios con mi cónyuge y conocer las inclinaciones que pusiste en nuestros hijos para criarlos sabiamente.

LECTURA BÍBLICA: Deuteronomio 6:4-7

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *