Septiembre 12
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Décima semana: Dios, usted y la familia.
GÉNESIS 2:24-25 LA SEPARACIÓN: LA COLUMNA QUE PERMITE LA INTERDEPENDENCIA.
“La orden divina para los hijos casados es separarse de sus padres. Quienes se casan no tienen opción, separarse integralmente es su obligación.”
Hemos estudiado en días pasados que el fundamento único del matrimonio debe ser Dios y sus mandamientos y ordenó: "Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne. Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, pero no se avergonzaban.”
Así describe las columnas de la separación, compromiso, unidad y la intimidad. Hoy estudiaremos la separación que defino como la determinación de los cónyuges de separarse de toda relación que pueda afectar el desarrollo normal de la relación conyugal. Ambos cónyuges deben decidir no permitir que nada ni nadie afecte la construcción de su matrimonio fundamentado en el cimiento divino. Ellos deben mantener una relación de interdependencia con sus padres, es decir, dependientes mutuamente del amor que deben compartir, pero independiente en el desarrollo de su vida matrimonial fundamentada en valores cristianos y no en los deseos personales, del cónyuge o de el resto de los familiares.
Después de Dios, el cónyuge debe ser la persona más importante en el mundo porque es imposible que logremos tener un compromiso, permanezcamos, tengamos unidad y desarrollemos intimidad cuando existen otras relaciones que lo impiden. La relación con los padres no desarrollada bíblicamente, es un impedimento para desarrollar la vida matrimonial saludable.
“Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre…” No es una sugerencia divina, es una orden que indica que en la familia existen dos tipos de relaciones: la relación padre e hijos que nos permite una dependencia integral temporal y la relación marido-mujer que es una relación permanente, e idealmente debe ser hasta que la muerte los separe.
La separación física es esencial y nos obliga a vivir en nuestra propia casa para desarrollar nuestro propio hogar. Emocionalmente debemos separarnos de nuestros padres y no debemos seguir sus gustos, órdenes o emociones sin afectan nuestra relación matrimonial. La separación espiritual demanda que la más grande cercanía en nuestro desarrollo de la vida espiritual sea con nuestro cónyuge. Con él o con ella debemos establecer este nexo cercano e íntimo que nos permita tener como pareja una relación sana con Dios.
Compromiso:
Señor, decido estudiar bíblicamente como se realiza la separación integral de los padres para luchar por cumplir la orden divina con conocimiento y firmeza seguir construyendo el resto de las columnas de mi relación matrimonial. “
LECTURA BÍBLICA: Génesis 2:24-25