Agosto 16
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Sexta semana: Decisiones bíblicas para vivir conforme al diseño divino.
HECHOS 4:12 SEGUNDA DECISIÓN: CREO QUE CRISTO ES MI ÚNICO Y SUFICIENTE SALVADOR Y SEÑOR.
Decisión que suple mi necesidad de salvación.
“Para ser salva toda persona debe aceptar que Jesucristo sea su único y suficiente Salvador, pero también debe declararlo y servirlo como Señor. Dios no solo desea entregarnos la salvación gratuitamente, sino que además nos ordena que vivamos santa y maduramente.”
Fuera de aceptar la existencia del único Dios, pero de la forma como es revelado en la Biblia, no el que nos imaginamos, quienes deseamos vivir la vida que Dios diseñó y que resulta en una vida de realización, debemos tomar esta segunda decisión: "Creo que Cristo es el único Salvador del mundo, por lo tanto, determino que Él será mi único y suficiente Salvador y lo declararé verdaderamente como el Señor de mi vida."
Esta decisión es esencial pues suple nuestra necesidad de salvación y no existe otro Salvador. La Biblia afirma: “¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4:12)
Recuerde que no todos los que dicen ser creyentes, lo son. La iglesia de Cristo sólo está compuesta por creyentes genuinos. Los simpatizantes pueden adorar, leer la Biblia, servir y ofrendar, y aún ser líderes de una congregación, pero no por ello son salvos. Jesús mismo dijo: “No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”. (Mateo 7:21-23)
¡Impactante! Esos religiosos que aún hicieron milagros se fueron al infierno porque no era hijos genuinos y no son hijos de Dios todos los que asisten a una congregación.
No existe salvación sin el Salvador y no existe salvación sin experimentar ese nuevo nacimiento y todo genuinamente salvado se someterá con alegría a la autoridad de su Señor y Salvador. (Juan 3:1-15)
Señor, declaro que:
“Aprenderé como servirte con fidelidad porque Tú eres el único camino, la única verdad y la única vida. Que eres el único mediador entre Dios y los hombres y que solo por tu amor me has llamado y buscado para convertirte en mi Salvador.”