Agosto 7

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Quinta semana: usted y sus ideas versus Dios y sus propósitos.

ISAÍAS 43:7   RAZONES DIVINAS PARA NUESTRA CREACIÓN.

“Dios no sólo nos creó para que cumplamos un propósito, Él también tuvo razones para crearnos y solamente cuando ajustamos nuestras vidas a sus propósitos divinos podemos cumplir el propósito que Él tiene para cada ser humano.”

Es un serio desafío vivir para la gloria de Dios, conforme al propósito de nuestra creación porque Dios tiene demandas difíciles de cumplir. Todas lo que necesitamos para vivir para su gloria ha sido revelado y por nosotros disciplinadamente y con la ayuda del Espíritu Santo, debe ser cumplido. Es por ello que es esencial comprender por qué y para qué Dios nos creó:

Primero: Dios nos creó para amarnos y deleitarse en nosotros porque somos su máxima creación.

Isaías 43:7 dice: “Yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé.” Él nos creó para su gloria, para amarnos, para disfrutar de una relación con alguien que ama y para que nosotros disfrutemos de Él para siempre.

Segundo: Dios nos ha creado para que seamos parte de su familia y podamos disfrutar de esa relación cercana e íntima con Él.

Fuimos creados “antes de la fundación del mundo para que seamos santos y sin mancha delante de Él en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.” (Efesios 1:4-5.) Pablo escribe: “ Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.” (Efesios 2:19)

Tercero: Dios además nos creó para que tengamos buenas obras producto del amor que nos ha sido dado y de la vida abundante que nos preparó para vivir.

Debido a que hemos sido salvados y transformados, nos ha entregado la misión de ser sal y luz en este mundo porque somos “la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.” (Efesios 2:10)

“Podemos vivir para el propósito que Dios tuvo para nuestra creación cuando vivimos en obediencia a los mandamientos divinos y haciendo todo esfuerzo para que con la ayuda del Espíritu Santo seamos lo que Dios determinó que seamos y no lo que nosotros pensamos, queremos o nos imaginamos.”

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