Agosto 6
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Quinta semana: usted y sus ideas versus Dios y sus propósitos.
EFESIOS 2:8-10 LA VIDA FRUCTÍFERA Y REALIZADA: UNA PLANIFICACIÓN DIVINA.
“Dios planificó sabiamente nuestra vida y determinó que todos sus hijos, por tener vida nueva, el poder del Espíritu Santo disponible y mediante la aplicación de la verdad que nos ha sido revelada, puedan vivir una vida fructífera y realizada.”
Dios planificó nuestra vida fructífera y realizada. Si usted no la disfruta, ni Dios ni sus principios han fallado. Fallan los que no comprenden la revelación divina, no son sumisos y obedientes para obedecer la doctrina y la moral bíblica, o simplemente por su propia decisión, eligen la rebelión.
Mi estudio de la Palabra de Dios me guío a crear este principio que revela el secreto de vivir una vida realizada: “La realización de un individuo no depende de las cosas, personas o circunstancias que le rodean, sino de la comprensión sabia del propósito de su existencia, la utilización sabia y responsable del potencial y de las herramientas que Dios le dio para poder cumplirlo, y de que escoja una actitud sabia y positiva para enfrentar la vida.”
Este principio es real, bíblico, funciona y por eso escribo con libertad sobre el propósito de Dios para la vida porque ya lo he descubierto, ya lo vivo y como consecuencia soy un hombre feliz. Uno de los sentimientos de plenitud más importante que puede experimentar una persona es la realización personal. Es esa sensación de paz y contentamiento que tienen quienes regularmente utilizan con sabiduría los dones y talentos que Dios les ha dado y viven en sumisión a Dios y en obediencia. Vive realizado quien alcanza la madurez y por ello enfrenta los retos y la vida con sabiduría. Esta persona se esfuerza diariamente para cumplir la razón de su creación y aunque, como todo ser humano, enfrenta conflictos, sabe enfrentarlos y cuando no sabe, busca ayuda bíblica y profesional.
La felicidad es la consecuencia de la realización personal y esta la obtenemos cuando cumplimos con excelencia la razón de nuestra existencia. Dios no nos obliga a hacer el bien, sólo pone delante de nosotros bendición y maldición. Bendición si obedecemos, maldición si desobedecemos.
“La tarea de descubrir la razón de nuestra existencia no es fácil, pero tenemos la obligación de hacerlo porque nadie puede vivir la vida fructífera y realizada que por Dios fue planificada sin someterse diariamente a la voluntad divina que en su Palabra nos ha sido revelada.”
LECTURAS BÍBLICAS: Proverbios 19:21; Efesios 2:8-10