Julio 19 Principios Devocional

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Segunda semana: Usted, Jesucristo y la salvación.

ROMANOS 8:38-39  ¿POR QUÉ NO PUEDO PERDER MI SALVACIÓN?: La seguridad eterna.

“Un evangélico o aún líder de la congregación puede alejarse de Dios y vivir en rebelión porque tal vez nunca ha recibido la salvación. Pero un alma en las manos de Dios no puede ser arrebatada una vez que por la gracia de Dios ha sido salvada.”

Los verdaderos creyentes pueden sentirse inseguros de su salvación cuando pecan y creen que por despreciar al Salvador ha vuelto a su estado de perdición.  Otros creen que perdió su salvación quien pecó y por su rebelión perdió la salvación. Pero piense, ¿la pierde usted cuando peca o solo le gusta ver la paja del ojo ajeno?.  Si perdió la salvación la señorita que tuvo relaciones sexuales con su novio, ¿la pierde usted al pecar siendo violento con su esposa?, ¿la pierde su esposa al mantenerse en pecado por no cumplir sin razones bíblicas con la orden divina de mantener una vida sexual de intimidad integral sin interrupción y continua con su marido?. Recuerde, no existen pecados veniales y mortales pues aun “quien sabe hacer lo bueno y no lo hace, comete pecado.”

La Biblia dice: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos participes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena Palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para si mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” 

Un judío que seguía a Cristo para ser salvo y por temor antes de obtener la seguridad de la salvación despreciaba el sacrificio del cordero de Dios, la cruz, y volvía a sus sacrificios, no perdió la salvación pues nunca la tuvo.

Si es “imposible que los que una vez fueron iluminados… y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento,” entonces todo creyente que peca siempre pierde la salvación y nunca nadie que peca puede volver a arrepentirse. ¿Cree usted eso?

“Un alma en las manos de Dios nunca le puede ser arrebatada porque a los suyos nadie los arrebatará de su mano. El creyente peca pero elige el arrepentimiento, el religioso peca y sigue pecando porque solo tiene remordimiento pero no ha sido salvado en ningún momento.”

Lectura bíblica:

Mateo 7:21-23 - Romanos 8:38-39 – Hebreos 6:4-6