“No asistir a bodas homosexuales”
León Trotsky dijo “Usted puede no estar interesado en la guerra, pero la guerra está interesada en usted.” Si contextualizamos esta declaración podríamos decir que pueda que a usted no le interese la revolución sexual, pero a la revolución sexual sí le interesa usted.
Debido a mi amor por Dios, por las escrituras, la familia, la moral bíblica y mis principios estoy interesado en tener una postura clara frente a la revolución sexual porque se que ésta toca a todas las personas. La clase política progresista tiene como fin desmantelar las costumbres sexuales tradicionales y destruir el matrimonio y la familia de acuerdo con el diseño bíblico.
La verdad es que se necesitan respuestas bíblicas, concretas, prácticas y sobre las preguntas reales que los cristianos hoy tienen mientras reciben tanta información y presión para aceptar conductas sexuales que la Biblia condena. Recientemente alguien me preguntó: “¿Puedo asistir a una boda gay?”
A un reconocido pastor estadounidense una mujer le preguntó si podía asistir a la boda de su nieto con un transexual. El pastor Alistar Begg se opone a las bodas entre personas del mismo sexo, pero basándose en una serie de textos bíblicos afirmó que los cristianos deben mostrar compasión y no condenación por aquellos que se han extraviado y sugirió a la mujer que fuera a la boda y llevara un regalo y así demostraría su amor por su nieto, aunque no aprobaba la boda. Esto creó una gran controversia y una cadena de radio terminó con la transmisión del programa de radio del pastor; él en un sermón defendió su posición usando la parábola del hijo pródigo enfatizando el perdón sobre el juicio, y la parábola del buen samaritano, enfatizando la compasión mostrando el poder de la gracia de Dios.
Es un serio error creer que debemos asistir a una boda gay para mostrar amor y no ofender. Los paganos pueden pensar que no asistir es una señal de odio. Creer que no asistir es una ofensa es reemplazar las categorías morales de lo bueno y lo malo con categorías estéticas de gusto o sentimiento.
Los católicos pueden pensar que está bien asistir porque el Papa autorizó la bendición a la unión homosexual. Algunos cristianos pueden creer que deben asistir para mostrar “amor” o evitar ofender, pero no entienden que su asistencia es un acto de aprobación de un estilo que Dios condena.
Los cristianos debemos practicar el amor de Dios y no ser movidos por la idea mundana de amor emocional y pasional. El amor divino se caracteriza por su gracia, su misericordia, pero también por su justicia; el amor divino extiende su gracia para darnos lo que no merecemos. El hijo homosexual puede recibir nuestra gracia al aceptarlo como es mientras rechazamos su teología, moral y práctica. El hijo homosexual puede recibir nuestra misericordia y aunque de acuerdo con nuestra moral podríamos separarnos totalmente de él, mantenemos relaciones dentro de nuestras reglas y límites; pero también, ese hijo debe recibir la justicia que es parte del amor, así como Dios mediante su justicia nos da lo que merecemos. Por amor, Dios nos mantiene a la distancia, nos disciplina, nos permite consecuencias.
Los cristianos debemos imitar el ejemplo de Cristo, amar sin aprobar acciones pecaminosas. Permitir la relación de respeto sin compartir su estilo de vida y como muestra de nuestra justicia, debemos evitar asistir a toda boda, cumpleaños, o evento en que se honren estilos de vida que la Biblia y nuestra moral rechazan. No asistir es no aprobar, en un acto de amor, compasión, gracia, misericordia y justicia, y no un acto de odio y desprecio.
Enmanuel