La maldad de los progresistas es increíble.
“La maldad no entra al cuerpo, la maldad sale del corazón humano y se ve precisamente en las acciones de quienes dicen que no existe pecado ni existe maldad, pero son expertos en practicarla.”
Tristemente falleció el expresidente de Chile, el señor Sebastián Piñera. Fallece trágica e inesperadamente un padre de familia, esposo, abuelo, un empresario que formó empresas, creó fuentes de trabajo para muchos chilenos y además, gobernó el país durante ocho años.
Cooperativa.cl el 6 de febrero anunció que una improvisada manifestación se realizó en el lugar donde ocurrieron las principales protestas durante el estallido social que dirigió el activista comunista y actual presidente de Chile. La manifestación no era improvisada pues estos seres “inhumanos” llenos de odio no aparecen como hongos, más bien tienen su ejército de malvados bien organizados porque se unen rápidamente y con facilidad para los actos de maldad. No se unen para crear fuentes de trabajo, no quieren pagar por su educación ni los servicios de salud y sacan sus fondos de retiro porque, según ellos, no están siendo bien administrados para ellos administrarlos mejor comprando lo que no necesitan y para su diversión con el dinero que tenían ahorrado para su jubilación. Las leyendas de los carteles que portaban revelan lo que son: Progresistas llenos de odio y maldad. Los carteles de odio de los progresistas decían: “El infierno es tuyo, no lo vendas…” “Libertad a lxs cabrxs mapuches que luchan por igualdad…” “Adiós Sebastián asesino, genocida…Muere mil veces…”
Los marxistas no creen en la maldad y tampoco en el pecado, pero saben muy bien como practicarlo. Estos “inhumanos” son los mismos que defienden los “derechos humanos” de los que salen heridos cuando son repelidos por apedrear y lanzar bombas molotov a los policías. Dicen ser pacifistas, compasivos con los pobres, buscar la justicia social y declaran asesino a un expresidente, aunque ellos son los que legalizan el asesinato de seres humanos en el vientre de la madre. Son los mismos que están en contra de la biología, anatomía, cromosomas, lógica y teología, y luchan por imponer y legalizar sus ideologías. Estos progresistas no creen en la pena de muerte de los criminales, pero describen a los pedófilos como “adultos interesados en los niños”, y a los prisioneros por sus crímenes, como “personas privadas de la libertad”, y llaman al asesinato de niños, una simple “interrupción del embarazo. Ellos son los que eligen presidentes a guerrilleros y organizadores de desórdenes sociales, y que para conseguir lo que quieren no utilizan la democracia y el voto, sino las protestas violentas, incendian y saquean supermercados, y luego son indultados por el amigo marxista que ellos y muchos irresponsables eligieron presidente. Tienen la misma ideología de los terroristas indígenas que en Chile incendian iglesias católicas y cristianas, camiones y casas y asesinaron a empresarios.
Los “sabios pensadores” que ni siquiera respetan el duelo de una familia, tienen una mente tan confundida que creen que los niños pueden elegir su sexo, que los adolescentes pueden cambiar de sexo tomando hormonas supresoras de la pubertad y haciéndose cirugías que le cercenan el pene o los senos. Jesús los identificó sabiamente diciendo: “las palabras que ustedes dicen provienen del corazón; eso es lo que los contamina. 19 Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, (es decir lgtbiq+), el robo, la mentira y la calumnia. 20 Esas cosas son las que los contaminan.”
“La maldad de los progresistas es increíble e indescriptible.”