Mayo 15

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

DEUTERONOMIO 11:19  ESPERANZA PARA EL PADRE: ENTRENADOR ASIGNADO PARA ENTRENAR LA FAMILIA

“Dios determinó que el padre sea la autoridad y el entrenador de sus hijos, pero debe seguir fielmente el manual de instrucciones divino.  Su ejemplo y su liderazgo adecuado, debe crear el ambiente apropiado para que los miembros de la familia puedan vivir para el propósito de familia que por Dios fue diseñado.”

El entorno más influyente en la vida de la mayoría de los niños es el hogar. La primera experiencia del mundo de un niño es la familia y continúa ocupando una porción dominante en sus vidas hasta la edad adulta. Aunque la escuela también juega un papel importante para la mayoría de los niños y jóvenes, la familia sigue siendo el núcleo más importante para su vida.

La familia ha sido diseñada por Dios para que sea la plataforma esencial para la crianza y el entrenamiento de cada generación subsiguiente. Los buenos valores y las buenas costumbres y también la maldad podemos seguir traspasándola de generación en generación. Lo único que corta el traspaso de la maldad es la aplicación de los principios divinos.

Los padres tenemos un llamamiento divino. Nuestro deber es amar, disciplinar y desarrollar en los niños el carácter espiritual y moral con fundamento en la Palabra de Dios y no en nuestras ideas y tampoco en las ideas de maldad de los progresistas de nuestra sociedad.

Cuando está de moda la fiebre del mundial, parece que todos jugamos, parece que todos somos entrenadores, jugadores, árbitros y todos tenemos estrategias, soluciones o por lo menos nuestras opiniones. En el futbol, la mayoría odiamos el fracaso, queremos ser los mejores; queremos que nuestro equipo funcione y que cada uno cumpla su responsabilidad, todos anhelamos que el entrenador, las estrategias y los jugadores funcionen. Deberíamos tener la misma meta cuando se trata de las responsabilidades que existen en el entrenamiento de los hijos en la vida familiar. Nuestros hijos necesitan de entrenadores porque así Dios lo decidió y es nuestro deber convertirnos en uno de ellos.

Todos debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para funcione el equipo llamado familia y para ello necesitamos entrenadores sabios y discípulos obedientes que deciden amar a Dios y vivir obedientemente. Dios determinó que el padre sea el líder de la familia que es un sistema que reúne a personas diferentes. Para su desarrollo normal, la familia debe lograr metas y para poder cumplir la razón de su existencia, es esencial que exista un buen liderazgo, un sistema de operación, reglamentos, disciplina bien diseñada, que exista una buena estructura y que cada miembro elija la actitud apropiada.

No hay padre ni madre que se sienta contento realizando una labor solo.

La familia es una institución que debe trabajar en equipo y para ello los hijos deben ser entrenados. Los equipos no se inician sin metas, no se forman de la nada, ni funcionan en medio de la anarquía. Tampoco se puede iniciar así el maravilloso equipo llamado familia. El padre debe ser un entrenador entrenado, que entrena bíblicamente y que guía a su familia amorosamente.

Compromiso:

Señor, me comprometo a conocer mis responsabilidades en la familia y hacer todo esfuerzo por cumplirlas regular y sabiamente.

LECTURA BÍBLICA: Deuteronomio 11:19

 

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