Febrero 15
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
SANTIAGO 1:22-25 SEÑOR: RESUELVO APRENDER A SEPARAR LO TEÓRICO DE LO PRÁCTICO
“Nos equivocamos cuando hacemos que nuestro estudio, sea solo teórico y no práctico. La vida no es teoría. La teoría la necesitamos para adquirir el conocimiento esencial, pero se necesita la práctica de los principios aprendidos para vivir una vida saludable y normal.”
El dramaturgo español Francisco Benavente en su obra, "El príncipe que todo lo aprendió en los libros", cuenta la historia de un pequeño príncipe que vivió toda su vida, encerrado en su palacio. Se dedicó a adquirir conocimiento, a obtener teoría y solo leyó cuentos de hadas. Cuando sale del palacio y se enfrenta a la realidad en forma natural piensa que todo es como en los cuentos y vive experiencias muy divertidas porque se equivoca, confunde la cosas y comete error tras error. La conclusión es que no debemos ser como el príncipe creyendo que todo es como leemos en los libros especialmente si su lectura principal son novelas. No aprenderemos todo de los libros, pero tampoco podemos aprender todo sin libros. Nuestro deber es leer, estudiar, y prepararnos intelectualmente de la mejor manera y aplicar lo que aprendemos en forma responsable y disciplinada.
No es sabio leer para aumentar el conocimiento solamente. Es sabio prepararnos teóricamente, pero la intención final debe ser que dedicaremos tiempo para recibir instrucción regularmente, pero para practicar responsable y disciplinadamente. Mientras más practicamos las cosas sabias que aprendemos en la teoría, más sabios seremos y mejor capacidad tendremos para enfrentar la vida.
Esto debemos aplicarlo en todas las áreas de la vida, pero especialmente cuando se trata de aprender a vivir la vida cristiana. Debemos estudiar la Biblia para entender cómo enfrentar los desafíos y conflictos en todas las áreas de nuestra vida. Solo podemos actuar sabiamente cuando nos hemos preparado disciplinada y consistentemente. Dios no se agrada de los oidores que no practican la verdad. La orden divina es que haya correspondencia entre lo que conocemos de la verdad y las verdades que practicamos.
Santiago escribe: “22 No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. 23 Pues, si escuchas la palabra, pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; 24 te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. 25 Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.” (Santiago 1:22-25)
Todo estudio del cristiano que realicemos, todo curso de teología, ética o doctrina bíblica que estudiemos no es para que tengamos más información en nuestra mente sino para que practiquemos las verdades disciplinadamente.
Compromiso:
Señor, me comprometo a hacer todo esfuerzo para obtener más teoría adquiriendo conocimiento, pero con la intención de practicar con disciplina las verdades aprendidas.
LECTURAS BÍBLICAS: Santiago 1:22-25; 1 Juan 1:6