“Que bueno que somos odiados los que amamos a Dios.”
“Jesucristo dijo que seríamos odiados y perseguidos, y que si nos aplaudían los enemigos era porque no estábamos viviendo nuestra fe y nuestra moral, y nos estábamos asemejando a ellos o acomodándonos a su sistema de pensamiento.”
Como todos los que estudiamos, conocemos, vivimos, enseñamos y defendemos nuestra fe, soy odiado por quienes odian a Dios o no comprenden la moral bíblica y la sana doctrina. Soy odiado por quienes tienen un sincretismo en su mente y mezclan un poco de cristianismo con un poco de comunismo, de socialismo, humanismo, marxismo o progresismo liberal moral. Los enemigos de Dios odian la verdad bíblica y me odian a mí porque quiero que se prohíba el aborto y el matrimonio homosexual, porque creo que solo existen dos sexos y me opongo al transexualismo. Me odian porque me opongo a que permitan que los adolescentes, con o sin permiso de sus padres, reciban hormonas que bloqueen su pubertad, se cercenen el pene y los senos.
Dicen que no es verdad que amo la libertad porque no quiero que por ley la mujer tenga libertad de elegir el aborto; yo me enfoco en la libertad para vivir que debe tener el hijo no nacido que es un ser humano, ellos enfocan en la idea libertina de una mujer que cree que el bebé en su vientre es parte de su cuerpo a pesar de que tiene un ADN diferente y que inevitablemente nacería si el médico y la madre no lo asesinan. Me odian porque no creo que se deben contratar la misma cantidad de mujeres y de hombres solo porque son mujeres y para que haya igualdad, y que más bien se debe contratar o pagar mejores sueldos por los méritos y no por el sexo.
Los que no entienden la sana doctrina y la sabia moral cristiana absoluta me odian porque creo que deben existir fronteras, que no se debe permitir la inmigración ilegal, porque amo la independencia de nuestra patria, amo los símbolos patrios y nuestros padres de la patria, y pido todo el peso de la ley contra los manifestantes violentos, saqueadores y destructores de la propiedad pública y privada. No les agrado porque rechazo las organizaciones de derechos humanos dirigidas por marxistas que defienden a manifestantes violentos, guerrilleros y pandilleros, en vez de defender a los policías que tienen el deber de utilizar la fuerza para detener e impedir mayor violencia, y proteger los derechos y la propiedad de quienes no somos violentos.
Debemos cumplir la orden divina de ser buenos mayordomos del planeta, pero me odian porque no creo en todos los excesos sobre el cambio climático, ni estoy de acuerdo con los alarmistas que predicen que destruiremos el mundo en diez años; de paso, cuando se cumplen los diez años, corren su predicción por otros diez años.
Les disgusta que crea que la energía nuclear es muy prometedora como fuente de energía renovable y segura, que esté de acuerdo con la pena de muerte, me odian porque me resisto a llamar mujer a un hombre que dice ser mujer y porque rechazo que las leyes de los progresistas se opongan a lo que llaman terapia de conversión, y me odian porque yo creo en la conversión integral de todo el que es salvado por Cristo. No hay problema en ser odiado por los que odian a Dios y la moral bíblica pues Dios ama a los que defendemos la fe y la moral bíblica, aunque seamos odiados por los demás. Jesucristo dijo: “Qué aflicción les espera a ustedes, los que son elogiados por las multitudes, porque sus antepasados también elogiaron a falsos profetas.”
Los conservadores seguiremos luchando para que no gobiernen quienes han traído pobreza a todo país que han gobernado y debemos seguir eligiendo autoridades que quieran reducir el tamaño del gobierno, que estén dispuestos a recortar impuestos y regulaciones, y que refuercen libertades constitucionales como la de expresión y religión.
Leidy lima
David Hormachea
Leidy Lima
David Hormachea