Octubre 2

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

ECLESIASTÉS 11:9-10  SEÑOR: RESUELVO PROGRAMAR MI VIDA PARA APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES

“Dios siempre nos permite nuevas oportunidades. Cada día que nos permite vivir es una nueva oportunidad para vivir exitosamente. El éxito no es un destino, se vive día a día, segundo a segundo siguiendo a Dios y su soberana voluntad y aprovechando cada hermosa oportunidad.”

Es fácil vivir como a uno le da la gana, pero ese no es el estilo de vida de un cristiano. Nosotros daremos cuenta a Dios sobre lo que hemos hecho en este mundo. Debemos recordar que la vida es corta, y los años que viviremos son exactamente lo que Dios ha planificado que vivamos para que cumplamos el propósito por el cual Él nos permitió nacer y nos permite vivir. Nadie morirá antes de tiempo e independientemente de los años que vivamos o aun los días que vivamos, todos nacimos con un propósito que debemos cumplir.

Todos debemos ser sabios al enfrentar la siguiente realidad:

-Tercera realidad: Que la vida es corta y que debemos programarla sabiamente para poder aprovechar al máximo las oportunidades que se nos presentan regularmente.

La vida es difícil y es difícil vivir conforme a los planes divinos, pero quienes queremos ser exitosos y dejar un legado, debemos hacerlo. Todos debemos aceptar que somos personas imperfectas que vivimos en un mundo imperfecto y por ello nuestro deber es unirnos al único perfecto y realizar nuestros planes basados en la perfecta voluntad de Dios. El ciertamente prometió que nunca nos dejaría, pero a la vez Jesús nos advierte la realidad de un mundo caído diciendo: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33) El nació, vivió, murió y resucito, pero cumplió el propósito para el cual el Padre le envió. ¿Lo esta viviendo usted? ¿Esta aprovechando cada oportunidad?

Las personas que desean vivir vidas de éxito y legado deben aceptar la declaración bíblica que la vida es corta y frágil pero que independientemente del tiempo que vivamos, debemos cumplir el propósito que Dios nos asignó.  Salomón en Eclesiastés nos dice estas verdades importantes: Primero, que la vida es breve e incierta. Segundo, que la muerte es cierta y segura. Tercero que el juicio divino es inevitable y severo. Cuarto, declara con mucho más optimismo, que la juventud, la época de mayor fortaleza es corta y debemos aprovecharla. Y si no la aprovechó, y si está viviendo, Dios le sigue dando nuevas oportunidades.

Salomón escribe: “9 Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan. 10 Así que dejen de preocuparse y mantengan un cuerpo sano; pero tengan presente que la juventud—con toda la vida por delante—no tiene sentido.” (Eclesiastés 11:9-10)

Es cierto, ni la juventud, ni la niñez, ni la vejez es eterna, es nuestro deber aprovechar de verdad cada día pues cada minuto Dios nos da una nueva oportunidad.

Compromiso:

Señor, me comprometo a mantenerme vigilante y luchar por ser responsable para aprovechar toda nueva oportunidad.

LECTURA BÍBLICA: Eclesiastés 11:9-10

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