Octubre 31
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
MATEO 7:2-5 LA OBLIGACIÓN DE LA AUTOEVALUACIÓN
“En la investigación de los conflictos, la investigación de las acciones y reacciones de los demás y la investigación de nuestra actuación, debemos recordar que Dios conoce todo y que no lo podemos engañar y que intentar hacerlo es un acto de rebelión. Nuestra primera obligación es la auto evaluación.”
La auto evaluación no es una virtud que todos los cristianos han desarrollado; en realidad ningún cristiano inmaduro ha aprendido a evaluarse objetiva y bíblicamente. Esta primera parte del proceso nos obliga a realizar un buen auto examen de nuestras acciones y reacciones en todos los conflictos que enfrentamos. No encontraremos una verdadera solución sin una auto investigación. Es decir, la primera persona en juicio en un conflicto debe ser usted. Después de todo esta es la orden divina. Emitir un juicio sobre sí mismo no es fácil y siempre será equivocado si actuamos con orgullo y no nos juzgamos de la forma que Dios ordena.
Recuerde lo que dice la Biblia:
¨No juzguen a los demás, y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes. ¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo!”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo.” (Mateo 7:2-5)
Esto es lo que Dios demanda en todo conflicto. ¡Cuidado! No se equivoque con la declaración “No juzguen a los demás, y no serán juzgados” pues no significa que nunca debemos emitir un juicio sobre las acciones de los demás porque en este proceso debemos hacer ambas cosas, juzgar las acciones y palabras que utilizaron los demás y juzgar las acciones y palabras que nosotros utilizamos en los conflictos. Solo existen tres verdades en esta orden:
Primero. No tenemos derecho de juzgar las motivaciones que tuvieron los demás para actuar como actuaron, porque no tenemos manera de saberlo y nos equivocaremos.
Segundo. No solo tenemos el derecho sino el deber de juzgar las acciones y las palabras de los demás en el conflicto que enfrentamos.
Tercero. Debemos juzgar las palabras y acciones de los demás con las mismas reglas bíblicas, los mismos parámetros que Dios nos manda que utilicemos y que se deben utilizar para que los demás juzguen también nuestras acciones y para que nosotros emitamos juicios sobre nuestras palabras, acciones y reacciones.
Nuestro deber evaluar el tronco de nuestro ojo y mirarlo con la misma lupa que miraremos la astilla en el ojo ajeno. La primera acción antes de toda confrontación es la auto evaluación.
Compromiso:
Señor, me comprometo a siempre primero realizar una autoevaluación bíblica, antes de realizar una confrontación sabia.
LECTURA BÍBLICA: Mateo 7:2-5