Principios
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Junio 13

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

MATEO 5:15-16  SEA SAL, PERO NO INSÍPIDA

“Jesús dice que somos sal para mostrar cómo los creyentes genuinos lo crean o no, hacen un gran impacto en el mundo.  Hemos sido salvados y como cristianos genuinos y transformados somos la sal que evita la corrupción y el pecado.”

Este mundo va en un proceso de decadencia que no terminará, pero eso no significa que debemos evitar relacionarnos bíblicamente con quienes son parte del sistema mundanal corrupto, sino que debemos hacerlo sabiamente. Jesús oró a su Padre para que no nos quite del mundo, sino que nos proteja del mal. La razón es sencilla, y es que tenemos que salir del salero para que comencemos a cumplir con la razón de la existencia de la iglesia en el mundo.

No tenemos opción, somos sal y debemos salar. Si usted no sala la corrupción que le rodea, tal vez no es sal y es parte de la corrupción o es un cristiano inmaduro y rebelde que vive disciplinado porque no vive su fe y sigue involucrándose en algunos pecados.

Pablo ordena: “Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones,  para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.” (Filipenses 2:14-15.)

La orden es clara, aunque difícil de cumplir. Hagan todo en santidad, aunque les presione y rodee la maldad y compórtense como “irreprensibles y sencillos” en medio de una “generación torcida y perversa.”  Esta no es una exageración del apóstol y describe la corrupción en Romanos 3:10-18.

El mundo también está envuelto en oscuridad espiritual y los que no conocen a Cristo no sólo están ciegos a la verdad, sino que aman la corrupción. Existe un mundo de corrupción en la prostitución, en la mente abortista, y quienes eligen y practican su homosexualismo, lesbianismo, transexualismo. Odian a Dios y viven en el mundo descrito por Jesús como corrupto y por Pablo como generación maligna y perversa. Para remarcar nuestra obligación de intervenir, a nosotros nos dice: “Ustedes son la sal . . . Ustedes son la luz.” Recuerde que la sal y la luz no es algo que nosotros llegamos a ser; es algo que ya somos.

En la antigüedad la sal era el preservativo más común que se conocía.  Los pescadores la usaban para preservar su pesca, rociando sal entre las capas de pescado como sello para impedir la proliferación de bacterias y evitar que se pudriera. Sin embargo, Jesús enseña que la sal puede perder su “sazón”,  “volverse insípida.”

¿Es usted sal en su comunidad, trabajo, familia, y en la sociedad? ¿Evita la gente hablar sandeces y tener conversaciones pecaminosas cuando usted está presente? ¿Nunca lo invitan a participar de algo incorrecto? ¿Lo quieren disuadir para que se comporte como ellos, pero usted siempre rechaza toda tentación a la maldad?

Compromiso:

Señor, prometo evaluar mi involucramiento con mis familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, subalternos, para determinar si me estoy corrompiendo. Prometo evaluar mi sistema de pensamiento para determinar si tengo algo de filosofías humanistas, comunistas en mi mente.

LECTURA BÍBLICA: Mateo 5:15-16, Romanos 3:10-18, Filipenses 2:14-15

 

 

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