Marzo 15

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez..

PROVERBIOS 3:5-8 ENFRENTANDO LOS CONFLICTOS CONFIANDO EN DIOS Y NO EN NOSOTROS

“Actuamos con orgullo y rebeldía cuando sabiendo que Dios quiere que enfrentemos los conflictos siguiendo sus instrucciones, preferimos hacer lo que nos dictan nuestras emociones.”

En forma natural tendemos a tomar los asuntos en nuestras manos y elegimos acciones o reacciones producto de nuestros sentimientos e ignoramos lo que Dios nos demanda. Nuestra tendencia es a tomar la justicia en nuestras manos. A veces debemos actuar y confrontar a quien ha cometido un error, pero no somos libres para atacar sino para confrontar pues la orden es:

“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.  En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos.” (Proverbios 3:5-8).

Confiar en Dios es creer que lo que ha dicho es verdad y que estamos dispuestos a descansar en sus promesas, sus mandamientos y cumplirlos porque sabemos que funcionan, que Él es bueno y que en sus fórmulas para enfrentar conflictos siempre tiene en mente nuestro bien, aunque la fórmula no nos guste.  Confiar en Dios significa que creemos que Él es omnisciente y sabe todo y omnipresente y es testigo de todo. Si realmente creemos que Dios estaba observando cuando nuestro hermano pecó, o cuando cometió un error, y que Dios está observando como nosotros reaccionamos frente al error o pecado de nuestro hermano, seremos motivados a ser pacificadores, restauradores y no ser problemáticos ni acusadores.

Dios nos ha dado el poder para ejercitar el dominio propio y nos declara responsables de nuestras decisiones. Pablo escribe:

“Es cierto, cada uno de nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios. Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente.” (Romanos 14:12-13)

Dios es bueno y aun las experiencias dolorosas las puede usar para nuestro bien. Por medio del insulto, juicios erróneos, desprecio o el mal que otros han pretendido, Él nos enseñará a confiar más en Él. Pablo cuenta una experiencia que casi le llevó a la muerte y nos explica que Dios le ensenó:

“Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.” (2 Corintios 1:9 y 12:7-10). El salmista dice que Dios permite que suframos las consecuencias de nuestros pecados y errores para llevarnos al arrepentimiento y volvamos a vivir santamente:

“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.” (Salmos 119: 67)

El confiar en Dios es una decisión que debemos realizar y no una emoción que debemos sentir. Confiamos en Dios cuando en los conflictos seguimos sus instrucciones y sabiamente aprendemos las lecciones.

Compromiso:

Señor, me comprometo a que en los conflictos lucharé por confiar y seguir tus instrucciones en vez de actuar erróneamente actuando o respondiendo por emociones.

LECTURAS BÍBLICAS: Proverbios 3:5-8, Romanos 14:12-13, 2 Corintios 1:9; 12:7-10

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