“No use el lenguaje del progresismo”

El lenguaje progresivo puede usar palabras lícitas pero que no convienen ni benefician a la verdad. Debemos utilizar un lenguaje bíblico, que revele la gloria de Dios no que exalte al humanismo, no debe crear confusión en quienes son parte del cristianismo ni permitir la propagación de las ideas del progresismo.” 

El progresismo usa su astucia para introducirse en la sociedad lenta e inteligentemente y va creando nuevas palabras o cambiando el significado de ellas, para que luzcan atractivas e inofensivas y sean utilizadas aun por los cristianos. ¿Quién iba a pensar que pastores y miembros de sus congregaciones hoy estarían usando el lenguaje de los enemigos de la fe cuya intención es introducir sus teorías e ideologías?  

El progresista puede definirse como alguien de avanzada, reformista, renovador y definido así, los cristianos debemos ser progresistas mientras no rompamos ningún principio bíblico; pero recuerde que el progresismo cambia los términos, la educación, las leyes, la sexualidad, la economía, la inmigración, solo para que sea aceptable su agenda inmoral.  

Cuando un progresista habla de justicia social, no habla de la justicia divina; habla del “igualitarismo” y pretende la “redistribución del ingreso”, “redistribución de la propiedad”, e “igualdad de resultados” y promueve en el mundo laboral la igualdad por sexo y no por méritos. La fuerza impulsora de estas ideas es el marxismo, doctrina enemiga y satánica número uno del cristianismo. ¿Quién iba a pensar que pastores hoy iban a estar usando lenguaje progresista?, algunos ya dicen “todas”, “todos “y “todes”, ”Ellos”, “Ellas” y “Elles etc. Suena inofensivo, pero los progresistas no tienen como agenda que respetemos a las mujeres solamente, sino que, incluyamos a homosexuales, lesbianas, asexuales, transexuales, etc. 

Algunos cristianos inocentemente y cuando su mujer está embarazada, dicen “estamos embarazados.” Otros defienden lo que llaman “los derechos de la mujer” o el “derecho de salud reproductiva”, pero que en la realidad es la defensa del aborto. El supremacismo progresista tiene como meta controlar la población para establecer su Nuevo Orden Mundial y saben que, en la realidad no se puede “reducir” el lenguaje pero si pueden acuñar terminología nueva, para imponer y ocultar su agenda. El globalismo usa para ello “eufemismos”, es decir, conceptos que maquillan, disimulando la brutalidad de sus objetivos relacionados con el control demográfico, de la natalidad y con todo el veneno del marxismo posmoderno, que se manifiesta en crear e intensificar conflictos entre mujeres y hombres, entre heterosexuales y homosexuales, entre negros y blancos, entre indígenas y blancos, entre eco-animalistas y familias naturales, y sobre todo, entre cristianos y anticristianos. 

Los amantes de la verdad debemos deconstruir toda esta terminología y nunca utilizarla. No permita que la verdad sea eclipsada con palabras que suenan bonito, pero que ocultan un crimen, un pecado o actos de maldad.  

La Biblia ordena: “29 No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.” (Efesios 4:29) “Todo me es licito, pero no todo conviene, todo me es licito, pero no todo edifica.” (1 Corintios 10:23) “Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.” (1 Corintios 10:31) 

 Si desea ser un cristiano maduro nunca use palabra progresistas que lucen como promotoras de la igualdad pero que realmente promueven la maldad. Recuerde que un poco de levadura leuda toda la masa. 

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