Abril 24

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

SALMO 19:12-14  ESPERANZA PARA EL MATRIMONIO: SENTIMIENTOS QUE REVELAN QUE LA CONSTRUCCIÓN ESTÁ EN PELIGRO

“Son destruidos los cónyuges que no sanan los sentimientos producidos por los conflictos naturales de las relaciones matrimoniales. Ellos no construyen su relación sabiamente y no han elegido relacionarse bíblicamente.”

Los sentimientos negativos de dolor, angustia, ira, a menudo acompañan a los cónyuges heridos y estos sentimientos demuestran que la construcción tiene fallas estructurales. Es por ello que es esencial que se haga un análisis de los sentimientos que acompañan a la relación matrimonial. Los sentimientos y actitudes que no son ocasionales porque todos los matrimonios pasamos por momentos difíciles, pero que son permanentes, deben ser atendidas para evitar la destrucción matrimonial.

Están en peligro quienes experimentan:

-Permanentes estados de negación de los problemas, a pesar de que resultan en problemas recurrentes.

-Resentimiento constante que produce estados de amargura que poco a poco van produciendo destrucción personal y de la relación matrimonial.

-Heridas permanentes que en vez de curarse se mantienen hurgando y produciendo infecciones más destructivas.

-Estados de desánimo permanentes producto de enfermedades que pueden ser normales por la enfermedad, pero si no son manejados con sabiduría afectan la relación matrimonial.

-Mal manejo de pecados del pasado y al no realizar la confrontación, el perdón y el arrepentimiento en forma bíblica y con la ayuda de un consejero, los cónyuges siguen reviviendo los hechos, discutiendo y aún maltratándose por el estado desconfianza.

-Sentimientos de soledad por el sobre involucramiento en el trabajo y por no pasar tiempo de calidad para compartir y apoyarse mutuamente. Sentimientos de rechazo, desprecio, por sentirse ignorado o incomprendido.

Si los cónyuges experimentan estos sentimientos regularmente, su relación está en peligro. Los sentimientos que provocan decepción y los errores regulares que provocan ofuscación deben ser enfrentados. Son los pequeños errores que no se confrontan, y se van acumulando los que producen resentimiento y amargura.

Las causas de la destrucción de un matrimonio tanto cristiano como no cristiano, generalmente no son razones fuertes y poderosas, más bien son cosas sutiles e insidiosas. Generalmente no son los grandes pecados que con el perdón pueden lograr la restauración sino las cosas sutiles que escapan de nuestra atención o que ignoramos diariamente. Esas pequeñas termitas afectan directamente a los materiales inadecuados que utilizamos para la construcción de la relación conyugal. Lo triste es que somos nosotros mismos los que permitimos que este proceso de deterioro ocurra.

La relación matrimonial es una institución divina que debe ser construida siguiendo las instrucciones de su creador y no como nosotros estimamos mejor. No debemos permitir que pequeños errores que se repiten y que no intentamos corregir produzca un estado de frustración. No debemos mantener sentimientos negativos en las relaciones interpersonales pues siempre producen decepción que conduce a la destrucción.

Compromiso:

Señor, me comprometo a dar importancia a los pequeños errores y corregirlos, y evaluar los sentimientos negativos que experimento para confrontarlos sabiamente.

LECTURA BÍBLICA: Salmo 19:12-14

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