Octubre 3
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
ROMANOS 8:31-38 SEÑOR: RESUELVO NO CONSIDERARME UNA VÍCTIMA
“Todos hemos sido víctimas de abusos, engaños, y muchas otras cosas más, pero no todos vivimos con una mentalidad de víctima. Un cristiano que vive pensando que su fracaso es por culpa de otros no ha aceptado que Dios es su Dios, que tiene poder, que le ha dejado verdades y principios que debe practicar y que con la guía divina, el éxito sí lo puede alcanzar.”
No puedo aceptar que un cristiano que tiene todos los recursos que Dios le ha dado viva creyendo que es víctima de lo que otros hacen o no hacen. La tendencia humana a realizar el menor esfuerzo para conseguir los mayores logros y la proliferación de la filosofía de pensamiento humanista es una combinación terrible que motiva a las personas a anhelar privilegios aun sin cumplir responsabilidades, a exigir gustos como si fueran derechos, a esperar de la vida muchas cosas gratis y aun sin cumplir con todas sus obligaciones.
Un sector de la sociedad siempre quiere más, busca beneficios, exige prerrogativas, ventajas, y busca excepciones y preferencias. Pero, vive un caos quien quiere todo servido, quien busca sacar ventaja, quien se aprovecha de los demás y que tiende a solo exigir sus derechos en vez de cumplir sus responsabilidades. Vive un caos que nació en la riqueza y quiere solo disfrutar de lo que hereda sin asumir responsabilidades y vive un caos quien nace en la pobreza y no asume sus responsabilidades. Es que la paz y la felicidad o la amargura e infelicidad no dependen de la falta de recursos o la abundancia de ellos, sino de si la persona vive o no con responsabilidad, integridad y alta moralidad mientras usa los dones y talentos que Dios le dio para que los use responsable y justamente.
La tendencia a convertirse en víctimas es creciente. De una mirada a los políticos que motivan a la gente a exigir sus gustos como si fueran “derechos humanos” y que motivan a otros a conseguir más, pero destruyendo, saqueando o viviendo como mendigos de los gobiernos de turno. Existen muchos infelices con complejo de víctimas que no han asumido su responsabilidad en la vida y esperan que los demás los hagan felices o creen que son infelices por culpa de los demás.
Quienes como castigo de sus padres fueron obligados a cumplir responsabilidades tienden a ver sus obligaciones como molestas y esa percepción errónea generalmente produce irresponsabilidad. Debemos ver la responsabilidad como un privilegio que nos conduce al éxito, a las buenas relaciones interpersonales, al éxito laboral y familiar. Quienes se creen víctimas siempre tienen excusas. Benjamín Franklin dijo: “El que es bueno para presentar excusas generalmente no es bueno para nada.”
Compromiso:
Señor, me comprometo a conocer mis dones y talentos, conocer los recursos que me has dado para vivir con éxito, asumir mis responsabilidades de todo lo que hago y nunca tener una mentalidad de víctima.
LECTURA BÍBLICA: Romanos 8:31-38