Agosto 15

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

DEUTERONOMIO 5:1   EL MATRIMONIO: UN PACTO ENTRE TRES.

“El matrimonio cristiano no es un pacto entre dos personas sino entre tres. Un hombre, una mujer y Dios. Ese hombre y esa mujer que desean cumplir el propósito de Dios, hacen un pacto de tener una relación monógama, santa, fiel y amorosa hasta que la muerte los separe. Los cristianos genuinos que realmente aman a Dios comprenden que esta no es una opción sino una exigencia divina.”

Dios es el creador y diseñador del matrimonio y Él demanda que el hombre y la mujer tengan una relación de pacto con Él.

El matrimonio cristiano no puede funcionar si Dios no es parte de este pacto porque el hombre y la mujer siempre entran en una lucha de poder y cada uno trata directa, o indirectamente, consciente o inconscientemente de imponer sus gustos, ideas y pensamientos, y de ganar la batalla por tener control de la relación. Solamente cuando Dios y sus principios son importantes para ambos pueden llegar a acuerdos fundamentados en las exigencias divinas y no las ideas o gustos humanos.

Un pacto es un contrato. En todo contrato realizado hay cláusulas que obligan a ambos contratantes a cumplir determinados acuerdos para poder obtener el beneficio que se ha acordado. Nadie debería casarse sin antes estudiar bíblicamente lo que permitirán o no permitirán en la relación matrimonial y asegurarse que sus exigencias y compromisos sean bíblicos. Antes de que Dios cumpla sus generosas ofertas nosotros debemos cumplir toda obligación que hemos adquirido. Dios es parte del pacto y Él demanda que las cláusulas bíblicas se cumplan.

Aprenda cuales son algunos elementos esenciales de este pacto divino para los humanos:

-Primero: Que el pacto sea totalmente bíblico en su contenido. No se acepta ninguna cláusula que no tenga fundamento bíblico.

-Segundo: Todas las cláusulas del contrato deben tomar en cuenta en forma integral las necesidades de ambos cónyuges. Ambos cónyuges tienen necesidades y deben ser siempre tomadas en cuenta.

-Tercero: Que las estipulaciones del contrato sean prácticas en su desarrollo.

-Cuarto: Que las disposiciones del contrato sean ejecutables por ambos cónyuges. No metas inalcanzables.

-Quinto: Que las condiciones del contrato sean medibles para realizar una acertada evaluación.

-Sexto: Que las limitaciones del contrato sean justas en sus consecuencias cuando cualquier cónyuge falla.

Compromiso:

Señor, me comprometo a estudiar bíblicamente las cláusulas que deben ser parte de un contrato o pacto de un matrimonio cristiano y establecerlas seriamente para que podamos llegar a acuerdos con mi cónyuge sobre como tener un pacto entre nosotros y Dios, y como respetar las cláusulas que acordemos.

LECTURAS BÍBLICAS: Deuteronomio 5:1; Eclesiastés 5:1-7

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