Junio 8
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Cuadragésima octava semana: la alegría de vivir una fe sencilla.
LEVÍTICO 18:3 ¿VIVE USTED CON RECTITUD GENUINA?
“Dios ama a quienes en su diario vivir demuestran una rectitud verdadera pero no acepta la errónea actitud de los cristianos que son rectos en sus congregaciones, pero no en su familia, en su vida social o en todas sus acciones.”
La Biblia nos muestra que Dios ama la actitud sincera de quienes en todo lugar muestran una rectitud verdadera. Existen cristianos que se muestran rectos en sus congregaciones, pero actúan como perdidos en otras relaciones y situaciones.
En el Sermón del Monte Jesús ordena a sus hijos una rectitud verdadera. Usted puede leer ese hermoso sermón en apenas quince minutos, y sin embargo, le puede ayudar toda la vida para vivir fundamentado en principios que el mismo Jesucristo enseñó. Al leerlo imagínese que está sentado en la montaña escuchando a su Maestro y descubrirá cómo Él le ordena que deje todo lo superficial y que evite toda actitud no genuina y comience a vivir una vida cristiana auténtica. Tristemente no todos los cristianos la viven.
Jesucristo estaba preocupado por las personas a quienes se les había enseñado a cambiar lo autentico por lo artificial y preferían la hipocresía y especialmente los dirigentes religiosos de Israel que con su mal ejemplo habían logrado que muchos desprecien la verdad.
Él no quería que sus seguidores imiten a los religiosos hipócritas y por ello la clave del Sermón del Monte la encuentra en esta directa orden de Cristo: “No sean como ellos” (Mateo 6:8). Esta orden de vivir vidas auténticas no solo fue entregada en el Antiguo Testamento sino también en el Nuevo. Observe lo que ordena en el Antiguo Testamento: “No haréis como hacen en la tierra de Egipto en la cual morasteis, ni haréis como hacen en la tierra de Canaán adonde yo os llevo; no andaréis en sus estatutos.” (Levítico 18:3).
¿Usted cree que el pueblo obedeció? Por supuesto que no. Esto es lo que Dios revela: “Pero el pueblo de Dios a menudo ha tratado esta amonestación con desdén despreocupado y arrogante. No destruyeron a los pueblos, como el SEÑOR les había mandado, sino que se mezclaron con las naciones, aprendieron sus costumbres, y sirvieron a sus ídolo que se convirtieron en lazo para ellos.” (Salmos 106:34-36)
La orden divina para quienes eran sus seguidores no fue distinta. El dijo: “Porque os digo que, si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 5:20)
La misma orden Dios nos entrega a nosotros ¿Está usted dispuesto a obedecer? Dios no acepta la hipocresía, rechaza la rectitud aparente y no quiere que simulemos que vivimos rectamente.
El pueblo de Dios tiene que ser diferente en toda forma de vida. Debemos aplicar los principios bíblicos y vivir con rectitud en nuestras relaciones familiares, sociales, laborales y congregacionales.
Es fácil dar la apariencia de que estamos andando en la senda estrecha y que nos conducimos con rectitud por fuera, pero, la realidad puede indicar que por dentro vamos recorriendo la autopista de maldad. Los fariseos eran expertos en esto, eran sepulcros blanqueados pero los cristianos genuinos deben vivir con la rectitud exigida y no actuar con hipocresía.
Compromiso:
Señor, me comprometo a prepararme para conocer cómo vivir una vida de rectitud genuina y abandonar toda área de hipocresía.
LECTURA BÍBLICA: Levítico 18:3, Salmo 106:34-36, Mateo 5:20,