Junio 1

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Cuadragésima séptima semana: La maternidad, elección divina para el nacimiento humano.

2 PEDRO 3:17 ENEMIGOS PELIGROSOS Y DESTRUCTIVOS DE UNA MATERNIDAD CONSTRUCTIVA.

“Si la madre siguiera todas las órdenes divinas y cumpliera el diseño divino para la maternidad, todos los miembros de la familia y de la sociedad serían beneficiados, pero ser lo que Dios quiere que sea es difícil y complicado, por ello seguir las ideas humanistas que permiten que cada uno elija su concepto de maternidad es lo más aceptado.”

El diseño divino original para la maternidad es hermoso y cuando se cumple, permite que no solo la mujer sino también sus hijos vivan una vida de éxito. Cumplir con esta labor no es natural ni sencillo porque existen enemigos que impiden que la mujer conciba la maternidad como Dios la concibe y la practique como Dios exige:

El aborto: La búsqueda del asesinato rápido de lo que consideran una carga indeseada y no una persona que está siendo desarrollada.

Solamente una vida de santidad y de sincera y fiel obediencia a los principios establecidos por el creador de la vida, solamente una vida de abstinencia sexual hasta el matrimonio y una práctica sexual matrimonial sometida a la ética bíblica puede impedir que aún exista la tentación de elegir el aborto como una solución.

El divorcio: La búsqueda de una solución rápida para lo que consideran un problema ajeno.

Alguien dijo con mucha sabiduría que dos cosas nunca deben ser realizadas a destiempo: el divorcio y el embalsamamiento. No embalsame a un vivo y no termine una relación matrimonial sin antes realizar una evaluación, buscar consejo profesional y sin asegurarse que ya no existe solución.

El divorcio, producto de las ideas humanas, rompe el ideal divino para el matrimonio, pero cuando este ha ocurrido en los casos bíblicos de excepción, es una cirugía indispensable para una relación matrimonial que tenía una enfermedad incurable.

El materialismo: La dedicación extrema a buscar más bienes porque los consideran esenciales y a costa de ignorar y perjudicar las relaciones familiares.

Los padres sobre involucrados preparan el terreno para que las madres vivan abrumadas y terminen decepcionadas, pero también existen mujeres que prefieren entregar sus hijos a empleadas de servicio, a las salas de cuna y jardines de infantes en vez de involucrarse en su crianza. Sin duda existen circunstancias que exigen que ambos padres trabajen, pero no practican la maternidad diseñada por Dios, quienes prefieren satisfacer sus deseos materiales y quedan atrapadas por el comercialismo en vez de cuidar con amor, cercanía y excelencia, a los niños en sus primeros años de nutrición integral y seria dependencia.

La religiosidad: El extremo de las convicciones religiosas o culturales erróneas.

La religiosidad motiva a las personas a asistir a un templo, practicar sus dogmas, pero no aplicar sus valores y creencias en todas sus vivencias. La religiosidad mueve a las madres a tener una visión limitada de Dios y de su voluntad soberana, y a creer que son buenas madres porque llevan a sus niños al templo y enseñan una religión, pero sin enseñarles a vivir la moral cristiana.

Compromiso:

Señor, me comprometo a no permitir que me dominen los enemigos que me impiden cumplir con el rol que por Dios me fue asignado.

LECTURA BÍBLICA: 2 Pedro 3:17

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