Abril 17
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Cuadragésima primer semana: principios de esperanza.
GÁLATAS 4:8-11 CREYENDO EN DIOS VERDADERAMENTE
“La gran mayoría de las personas dice creer en Dios, pero pocos realmente creen en el Dios que no debe ser definido por el ser humano y su imaginación, sino por la Palabra de Dios y su sabia revelación.”
La mayoría de la gente en el mundo cree en Dios y un buen porcentaje afirma ser cristianos, sin embargo, al observar la vida de muchos, no parece que su creencia en Dios marque una gran diferencia en sus vidas pese a que el cristiano, con la guía del Espíritu Santo y practicando los principios bíblicos debe realizar una total transformación.
La realidad nos muestra que hay tres categorías de personas que creen en la existencia de Dios:
-Primero: Los que dicen creer en Dios, pero realmente no lo conocen.
Esta categoría es probablemente donde se encuentran muchas personas quienes solo tienen una creencia intelectual en Dios. Dicen ser cristianos porque sus padres eran cristianos, o porque van a la iglesia en Navidad y Semana Santa, sólo conocen al Dios de su imaginación y al Dios de su religión, pero no conocen al Dios de la revelación. La Biblia dice claramente: “3 En esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él. 5 Pero el que guarda su palabra, en ése verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”
Es la Biblia la que afirma que quien dice creer en Dios pero no practica la verdad miente y realmente no conoce a Dios.
-Segundo: Los que realmente creen en Dios pero no lo conocen como Dios exige que lo conozcan.
Estas personas pueden haber levantado su mano en una campaña evangelística para conocer a Dios y asisten a algún templo, pero realmente no están involucrados en estudios, en conferencias, en discipulado y no han cambiado muchas de sus costumbres. Estas personas creen en Dios y son salvos por la gracia de Dios pero por su descuido, su falta de disciplina o por no estar sujetos a líderes bien preparados y que enseñen con sabiduría e integridad no saben cómo practicar al verdad. Pablo condena esa falta de transformación personal diciendo: “8 Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9 pero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?”
-Tercero: Quienes creemos en Dios bíblicamente, lo amamos genuinamente, nos relacionamos con Él íntimamente y lo servimos de todo corazón, alegre y fielmente.
Esto es lo que Dios demanda, esta es la forma de tener nuestra esperanza segura y de que vivamos para la gloria de Dios porque en nosotros vive Cristo nuestro Salvador a quien amamos como Señor y es nuestra “esperanza de gloria.”
Compromiso:
Señor, me comprometo a asegurarme que realmente creo en Dios y que le sirvo con amor.
LECTURAS BÍBLICAS: Gálatas 4:8-11,1 Juan 2:3-4