Abril 13
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Cuadragésima semana: el desafío de enfrentar el maltrato con principios divinos.
JUAN 4:1-42 UNA RESPUESTA DIVINA QUE ENTREGA ESPERANZA A LOS HUMANOS
“Quienes esperan que los hombres satisfagan sus necesidades tienen una errónea confianza. Independientemente de nuestra condición, solo en Cristo encontramos verdadera esperanza.”
Solo Cristo nunca falla pues solo Él es la verdadera esperanza. Del encuentro de Jesús con la necesitada samaritana le entrego las siguientes verdades:
-Primero: Jesús ofrece esperanza a todo tipo de persona, de toda raza, de toda cultura y en toda condición.
Observe la historia que nos relata el evangelio:
“La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús: Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana.”
La mujer estaba sorprendida porque Jesús rompió todas las barreras sociales y culturales para iniciar una conversación no convencional. Ese acercamiento sin discriminación no lo hacia un judío, pero Cristo, la esperanza de gloria, quien salva y le da la esperanza segura de vida eterna con Él.
-Segundo: Jesús brinda esperanza a quien después de la sana exhortación y llamamiento acepta su condición y procede al arrepentimiento.
Jesús no ignoró las necesidades, pero tampoco evitó la confrontación. Él sabía lo que ella necesitaba y le ofreció lo que le traía esperanza de una vida diferente, que le ofrece a todo el pecador que se arrepiente.
-Tercero: Jesús es Dios y solo Él era el Mesías que Israel esperaba y el Salvador que el mundo necesitaba.
25 La mujer dijo: Sé que el Mesías está por venir, al que llaman Cristo. Cuando él venga, nos explicará todas las cosas. 26 Entonces Jesús le dijo: ¡Yo soy el Mesías!” Frente a ella tenía al que les “explicaría todas las cosas” y ahora, esta mujer pecadora está recibiendo una explicación y esperanza para enfrentar su situación personal de quien ella nunca había visto, pero por ser Dios sabe todas las cosas.
-Cuarto: Quienes reciben el mensaje de esperanza deben aceptar las demandas divinas y vivirlas para convertirse en mensajeros de esperanza.
Juan continúa su relato diciendo: 39 “Muchos samaritanos de esa aldea creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho: «¡Él me dijo todo lo que hice en mi vida!». 40 Cuando salieron a verlo, le rogaron que se quedara en la aldea. Así que Jesús se quedó dos días, 41 tiempo suficiente para que muchos más escucharan su mensaje y creyeran. 42 Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo.”
La pregunta es si usted sabe que Cristo es el Salvador del mundo y si está seguro de que es su Salvador personal, pues solo así tiene esperanza segura.
Pablo dice que, “Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.”
Nuestra esperanza de salvación y de vivir en eterna gloria no está en la religión ni en nosotros mismos, sino en Cristo. Porque Él vive en nosotros podemos vivir para su gloria y viviremos eternamente con Él en su gloria.
Compromiso:
Señor, gracias porque al vivir en mi corazón de das la segura esperanza de que viviré contigo en tu eterna gloria. Me comprometo a luchar para vivir para tu gloria.
LECTURA BÍBLICA: Juan 4:1-42