Marzo 17
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Trigésima séptima semana: De la discordia a la concordia, cómo aplicar la gracia para enfrentar los conflictos naturales de las relaciones interpersonales.
GÁLATAS 6:2-3 Y 9-10 EDIFICANDO A OTROS EN MEDIO DE LOS CONFLICTOS
“Los conflictos pueden servir para construir o destruir la vida de los demás. Si procedemos bíblicamente cumplimos la ley divina y damos la gloria a Dios porque eso Él espera de nosotros y como resultado, edificamos la vida de otros.”
Debido a su rebelión o a la falta de enseñanza bíblica apropiada en sus congregaciones, muchos creyentes aún no han desarrollado la capacidad de responder a los conflictos siendo fiel a las órdenes bíblicas y de una manera centrada en el evangelio. Cuando los cristianos son conflictivos y no aprenden las virtudes de los pacificadores, crean problemas y se destruyen y destruyen a otros. Pero quienes actúan bíblicamente como pacificadores, pueden convertir el conflicto en una oportunidad para fortalecer las relaciones, para edificarse a si mismos y edificar a otros y hacer de sus vidas un testimonio del amor y el poder de Jesucristo.
Edificamos a otros por medio de los conflictos cuando extendemos nuestra gracia.
Dios extiende su gracia para con nosotros cuando pudiendo darnos lo que merecemos, Él decide no darnos lo que merecemos por nuestros errores y pecados. A veces debemos extender a otros la gracia que Dios nos ha dado a nosotros.
Edificamos a otros en los conflictos cuando tenemos actos de misericordia.
Dios no sólo nos da su misericordia para que la disfrutemos y para que no seamos destruidos sino también para que la compartamos con los demás, y los demás y nosotros no seamos destruidos.
Edificamos a otros en los conflictos cuando ejercemos actos de justicia.
Es cierto que por la gracia de Dios somos objeto de sus favores y que por su misericordia no somos destruidos porque nuevas son cada mañana. Pero si Dios no ejerciera su justicia, nos aprovecharíamos de Él. Pero Dios es amor y fuego consumidor y a los hijos que ama, también los disciplina. Edificamos a otros cuando mostramos nuestra gracia y misericordia y somos comprensivos, pacientes y soportamos con amor, pero no completaríamos la construcción de la relación si permitimos que los demás se aprovechen de nosotros por no ejercer con excelencia la confrontación y disciplina y no permitimos las dolorosas consecuencias. Sea que lo admitan o no, sea que rechacen las confrontaciones y aún las separaciones, cuando actuamos con la justicia que Dios exige damos lecciones bíblicas llenas de sabiduría.
Cuando un cristiano por orgullo o ignorancia no maneja sus conflictos bíblicamente y prefiere hacerlo con orgullo y neciamente, no construye. Si elige actuar en rebeldía y desobediencia, con sus palabras, actitudes y acciones, más bien destruye. Cuando decide dar la gloria a Dios y extender no solo la gracia, sino también la misericordia y la justicia, mantiene la paz con Dios, se edifica a si mismo y edifica a otros.
Compromiso:
Señor, determinó que en los conflictos no destruiré. Seré un constructor y pacificador que extiende gracia, misericordia cuando es apropiado y justicia cuando es esencial.
LECTURAS BÍBLICAS: Gálatas 6:2-3 y 9-10