Diciembre 14

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Vigésima tercera semana: navidad a la cristiana, una receta tomada de la Biblia.

JUAN 1:10-12  ¿ESTÁ SIGUIENDO O RECHAZANDO AL MESÍAS?

“Igual que en nuestros días Jesucristo era admirado por unos y odiado por otros, admirado por unos y despreciado por otros y en ciertos momentos recibido con honores y hosannas para más adelante ser despreciado y condenado. Aun en nuestros días muy pocos reconocen que Él es el verdadero Mesías Dios de la creación que vino para darnos la salvación.”

Jesucristo confirmaba que era el Mesías con todas las enseñanzas y los milagros que realizaba y en cierto momento un sector de la sociedad quedó convencida que realmente había llegado el redentor que les ofrecía la salvación y por ello, le ofrecieron una gran recepción. Jesucristo fue recibido por la gente como lo que era, porque vieron las obras que Él con todo su poder había realizado y con palmeras y vítores salieron al encuentro del Mesías que se les había sido anunciado.

Sorprendentemente, después de unos pocos días de haberle dado a Jesucristo una extraordinaria recepción como el Mesías prometido, algunas de esas mismas personas decidieron rechazarlo y apasionadamente demandaron su crucifixión.  Pero esa errónea actitud no ocurrió solo en la antigüedad pues hoy muchas personas viven como religiosas cantando y adorándole, pero rechazándole con sus acciones pecaminosas porque en realidad solo tienen religión, pero no tienen salvación. Juan dice: "Vino al mismo mundo que él había creado, pero el mundo no lo reconoció. Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron”, pero note la maravillosa puerta que Dios nos abrió:  “Pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.”

El Maestro rechazado debía morir. Esta podía ser la más grande decepción de sus seguidores y debía asegurarse que sus discípulos estén absolutamente convencidos de que Él había resucitado de entre los muertos y por eso les proporcionó muchas pruebas convincentes. Debía confirmar que Él era realmente el Mesías que esperaban y quedaron tan convencidos que más tarde once de los doce murieron como mártires. Los discípulos quedaron totalmente convencidos y murieron pues tenían un serio compromiso de seguir a Jesús hasta la muerte.

El ungido de Dios vino a su pueblo y fue rechazado y crucificado. Murió y resucitó y se marchó para preparar un lugar para todos los que le hemos aceptado como Salvador y Señor, vendrá por nosotros y viviremos con Él eternamente. La pregunta no es si los discípulos encontraron al Mesías sino si usted lo ha encontrado y si ha decidido que Él sea su Salvador y Señor.

Compromiso:

Señor, me comprometo a seguirte fielmente. Prometo que así como te he recibido con cánticos de alegría para que seas mi salvador, también te seguiré toda la vida como mi único Señor.

LECTURA BÍBLICA: Juan 1:10-12; Hechos 1:3

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