Diciembre 11

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Vigésima tercera semana: navidad a la cristiana, una receta tomada de la Biblia.

1 TIMOTEO 1:12-17  JESUCRISTO: EL REY MÁS PODEROSO DE TODO EL UNIVERSO

“Jesucristo es Dios y nunca nació, y Jesucristo es hombre que en Belén nació. Si creyéramos que la existencia de Cristo se inicio en Belén de Judea, creeríamos en un hombre maravilloso que vivió una vida grandiosa y llena de amor, pero no en un Jesucristo que es Dios y que será para siempre nuestro único Rey, Salvador.”

Los cuatro escritores del evangelio presentan a Jesús en un papel diferente. Marcos lo presenta como el Siervo; Lucas como el Hijo del hombre; Juan como el único Dios y Mateo lo presenta como lo estoy describiendo ahora, como el Rey que nacía en un humilde pesebre. No es un simple dicho que enunciamos cuando proclamamos que Cristo es Rey porque la Biblia así lo afirma y eso significa que Él y no nosotros debe dominar nuestra vida.

En Apocalipsis 19 cuando se relata el final de todo, se nos presenta a Cristo llevando muchas coronas y que de su boca salía una espada afilada, que representa su mensaje poderoso y con ella conquistará a todos los países y los gobernará con fuerza… y Juan agrega que llevaba escrito este título: «El rey más poderoso de todo el universo».

Por eso celebramos navidad, porque nació el rey más poderoso del universo para servirnos y dar su vida por nosotros. Pablo perseguía a los cristianos, pero tuvo que someterse al Rey del universo y le dice a su discípulo Timoteo que Jesucristo lo llamó al ministerio, aunque antes lo ofendía, lo perseguía e insultaba, pero Dios fue bueno con él, le me amó mucho y le perdonó para predicar la siguiente verdad. Pablo escribe: “Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores … ¡y yo soy el peor pecador de todos! Pero Dios me salvó y hará lo mismo con ustedes y por ello debemos alabar y honrar siempre al Rey eterno, al Dios único e invisible, ¡que vive por siempre! Amén."

Debemos alabar y honrar siempre al Rey y recuerde que no es cristiano el que solo cree que Jesucristo verdaderamente existió y que en Belén nació. Es un cristiano genuino quien ha permitido que Cristo nazca en su corazón, lo ha aceptado como el único camino, la única verdad y la única vida y no solo lo ha declarado su Salvador, sino que, además, se somete a Él como el único Rey y Señor.

Compromiso:

Señor, te declaro mi Rey y prometo a vivir dentro del reino como un siervo leal y obediente.

LECTURA BÍBLICA: 1 Timoteo 1:12-17

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