Octubre 21
Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.
Décimo sexta semana: la familia, institución divina para la formación de los hijos.
ECLESIASTÉS 11:9-10 EL DEBER DE PREPARARLOS PARA ENTENDER SU SEXUALIDAD
“Para saber manejar nuestra sexualidad en vez de que las pasiones sexuales nos manejen a nosotros los padres deben preparar bíblica y profesionalmente a los hijos para que sepan cómo conocerse a sí mismo y amarse sabiamente y como amar y tratar dignamente a todas las personas de sexo diferente.”
No hay duda de que una de las palabras que describe bien a esta generación de jóvenes es la palabra confusión y especialmente con respecto a su sexualidad. Vivimos en un mundo en que las ideas liberales morales que apelan a la naturaleza pecaminosa de los seres humanos y resultan en una distorsión de la sexualidad son las más atractivas aún para los jóvenes cristianos. Por diseño divino los jóvenes sienten en su cuerpo los cambios fisiológicos, en sus emociones la necesidad de amar y ser amados y en su mente la premura por la expresión de su sexualidad. Tristemente no todos están preparados para tomar decisiones más sabias, no siempre encuentran respuestas claras y directas, y mas bien, encuentran ideas distorsionadas sobre la sexualidad. Dios es el creador del hombre y Dios es quien diseñó no sólo la forma como la familia humana proliferaría, sino también todo lo que en la relación entre un hombre y una mujer debe ocurrir.
Aunque los padres son los más importantes maestros para que sus hijos sepan cómo manejar su sexualidad, no todos los padres educan bíblica y profesionalmente a sus hijos. Muchos ignoran verdades, no tienen información bíblica y otros padres se avergüenzan cuando se trata de hablar sobre el tema. La gran mayoría no sabe comunicar enseñanzas técnicas y prácticas y otros no le dan la importancia que el tema tiene.
Nuestro deber como padres es entregar el máximo de información bíblica y profesional a nuestros hijos para que conozcan el diseño divino y puedan entender su propia vida. Debemos esforzarnos para que comprendan su propia sexualidad y también conozcan y traten con respecto al sexo opuesto.
Los hijos no aprenderán por si solos el diseño divino para su sexualidad y no sabrán practicarla de la manera que Dios ordena a menos que los padres también investiguen lo que Dios permite prohíbe, les enseñen y supervisen su sabio desarrollo. Los padres son los principales responsables y su rechazo a hacerlo es un acto de desobediencia.
Compromiso:
Señor, me comprometo a prepararme para poder guiar a mis hijos bíblica y profesionalmente y así conozcan el diseño divino para la sexualidad humana y no las ideologías que van contra la teología, la moral y aun la biología.
LECTURA BÍBLICA: Eclesiastés 11:9-10